Todos nosotros, en mayor o menor medida, tenemos sueños, metas y proyectos que nos gustaría poder cumplir para ser más felices, tener un mayor ingreso, conocer nuevos lugares, etc.
Lamentablemente, es muy común que el tiempo se nos pase sin que jamás logremos dar ni siquiera un solo paso hacia ese objetivo deseado. La causa más frecuente es la falta de claridad y de enfoque, para esto existen una serie de reglas conocidas como Las 5C las cuales buscan acercarnos a nuestras metas en 5 sencillas etapas: Claridad, Concreción, Compromiso, Concentración y Celebración.
El objetivo es reconocer la necesidad de ir cumpliendo con estas etapas, una por una, hasta conseguir lo que queremos. Este método no garantiza el éxito, pero si nos permite ser mucho más ordenados y eficaces a la hora de emprender cualquier tipo de proyecto personal o laboral.
Siguiendo las 5C vas a ver como aquellos planes que parecían tan lejanos se vuelven tangibles y realizables. A continuación, la descripción de cada una de las etapas.
1. Claridad
Si uno no tiene una idea clara de qué es lo que quiere, lo más probable es que ni siquiera podamos intentar arrancar a hacer algo al respecto. Muchas veces se nos ocurren ideas y planes, pero de manera borrosa o poco precisa. Por lo tanto, lo primero que debemos hacer es tomarnos un tiempo, para pensar acerca de lo que nos gustaría hacer y tratar de especificarlo y aclararlo lo más posible.
Tener claridad no significa no tener dudas, sino más bien tener una sensación bastante concreta acerca de lo que nos proponemos hacer.
2. Concreción
Una vez que tenemos en claro que es lo que queremos hacer, a dónde queremos llegar, cuál es nuestra meta, es hora de definir concretamente las acciones necesarias para cumplir nuestros objetivos.Cuando nuestra idea se convierte en una lista de tareas, es mucho más fácil de visualizar y concentrar nuestra energía en avanzar en busca del objetivo.
3. Compromiso
Al llegar a este punto, tu idea o proyecto va a tener una forma bien clara y definida así como también las tareas que hacen falta para llegar al objetivo. Entonces es el momento de asumir el compromiso de empezar a hacer algo. Este punto suele ser el más crítico, el pasar de la observación y el análisis, a la acción.Frecuentemente, nos entusiasmamos con nuevas ideas y nos pasamos días enteros haciendo listas y programando actividades, que al fin y al cabo, sabemos que no vamos a poder cumplir, debido a que tenemos tantos proyectos en vista, pero no comenzamos ninguno. Como dice el dicho el que mucho abarca, poco aprieta…
Esta situación puede ser muy frustrante, ya que vemos como cada idea nueva va a parar a una pila de proyectos que ni siquiera pudimos empezar.
Aquí es dónde entra a jugar nuestro compromiso, ya que una vez que definimos nuestra lista de acciones, es hora de ponerse manos a la obra para ir cumpliendo con cada uno de los items.
4. Concentración
Con concentración no nos estamos refiriendo a convertirnos en yoguis, sino más bien en enfocar toda nuestra energía mental y física, nuestros recursos monetarios, nuestros contactos y todo lo que tengamos a disposición para lograr el objetivo deseado.Si no alcanzamos el nivel adecuado de concentración, lo más probable es que cada tarea nos parezca interminable y a la larga perderemos la motivación para seguir adelante.
5. Celebración
La gente tiende a restarle importancia a este punto. Asi como hay un momento para trabajar y esforzarse, también debe haber un tiempo para relajarnos, celebrar y reconocer lo que hemos logrado. No es cuestión de celebrar solamente los grandes sucesos, sino más bien, los pequeños pasos que vamos dando hacia nuestro objetivo. La idea no es dar una fiesta para 400 personas con canapés de caviar y champagne, la celebración tiene más que ver con ese momento que nos tomamos para sentirnos bien acerca de lo que acabamos de lograr.¿no les parece? “Estamos hechos para la lucha y los contratiempos. De ahí que cuando no hay retos y vivimos holguras, tendemos a la auto-destruccion.”
Horacio Marchand
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