miércoles, 21 de diciembre de 2011

ADVERSARIOS O ENEMIGOS



Con frecuencia observamos que atravesamos tiempos de constantes confrontaciones, breves pero continuas luchas cotidianas en donde postulamos y defendemos principios y valores, en donde en mayor o menor grado terminamos estableciendo nuestra posición personal. En estas confrontaciones definimos quiénes son nuestros aliados y quiénes los enemigos. Por esto, tenemos que aprender y enseñar a lidiar con los adversarios y enemigos que diariamente generamos cuando definimos nuestras posturas y principios, nos guste o no.

Un autor un día escribió que un ser humano que no tenga ningún enemigo o sufra de envidias circundantes es digno de lástima, porque quiere decir que jamás se la jugó por algo en que creía, jamás enfrentó una conversación difícil, ni dijo jamás a los demás lo que pensaba de ellos. Así es sencillamente la vida, tan pronto alguien establece una tesis, surge una antítesis.

En la naturaleza se puede observar de manera muy clara y definida quiénes son los aliados y enemigos naturales de cada especie. En el reino animal y el vegetal la sobrevivencia no es asunto menor, es una constante lucha entre quienes forman parte de la cadena alimenticia o de un hábitat. No hay de otra, una especie vive gracias a otra, porque existe una mutua dependencia entre depredadores y presas. Diariamente unos y otros hacen su mejor esfuerzo por seguir subsistiendo.

PLAGAS

Por ejemplo, en el estudio de las plagas, como en los insectos, nos encontramos que éstas tienen enemigos naturales que se pueden clasificar en tres grandes grupos: parásitos, depredadores y entomopatógenos.

Los parásitos son quienes atacan a una sola presa, por ejemplo los insectos entomófagos que viven sobre o dentro de otro insecto. Este tipo de relación no sólo se presenta en los insectos. El parasitoide se come vivo a su presa. Así son los parásitos, conviven a un lado o dentro de su presa y poco a poco se la devoran, y cuando terminan con ella, buscan otra de quién alimentarse.

Desafortunadamente los parásitos no sólo existen en el reino de los insectos, están por todas partes. También están entre la espece humana, son seres que viven y conviven con los demás, pero que sobreviven "a costa" de los demás, consumiendo diariamente un poco de la energía y la vida de los demás: viviendo de los demás. ¿Identifica a algún tipo de parásito en su entorno?

Los parásitos existen con el conocimiento, y hasta el consentimiento, de la presa. El parásito a veces se encuentra aparentemente dormido, latente, esperando su momento para empezar a comerse a su presa. Los parásitos viven frecuentemente dentro de su presa, y cuando llega el tiempo, empiezan a devorársela viva, poco a poco, sin prisas.

Los depredadores son otros organismos, éstos capturan y se alimentan de sus presas. Difieren de los parásitos porque atacan directamente a sus presas, persiguiéndolas, acechándolas para alimentarse, para seguir sobreviviendo. Los depredadores son los enemigos oficiales de las especies, como los son: los cocodrilos de las zebras, los gatos de los roedores, los correcaminos de las víboras de cascabel, etcétera.

Los depredadores están perfectamente identificados para sus presas, no pasan desapercibidos, los depredadores siempre son evidentes: atacan para sobrevivir. Presas y depredadores entablan una relación dinámica, uno requiere del otro, y viceversa.

En la sociedad humana siempre han existido los depredadores, los que atacan a otros, los que se alimentan de otros. Un ejemplo de esto son los países colonizadores, los que durante años toman por la fuerza a otro país, extraen y explotan sus recursos naturales hasta agotarlos, o hasta que los explotados agotan su tolerancia y estallan en una revuelta.

Existe otro tipo de enemigos, los organismos entomopatógenos, éstos producen daño no por ellos mismos, sino como un efecto colateral. Ellos son microorganismos que producen enfermedades por diversas causas. Los entomopatógenos penetran en un organismo, frecuentemente por el tubo digestivo y provocan eventualmente una enfermedad, o hasta la muerte del hospedante. De todas las categorías de enemigos, los entomopatógenos no buscan de forma activa a sus presas, a veces son las presas las que los hospedan de forma voluntaria, o involuntaria.

Parásitos, depredadores y organismos entomopatógenos son tres categorías de enemigos que frecuentemente se aplican para combatir a las plagas. Porque el método tradicional de atacar a las plagas mediante el uso de químicos ha sido severamente cuestionado y regulado en algunos países. Por esta razón, los especialistas saben que la mejor forma de luchar contra una especie, como los son las plagas, es confrontándola con sus enemigos, quienes buscarán directa o indirectamente liquidarlos.

Considero que en nuestra especie, entre los humanos, existen tipos similares de enemigos, de personas y circunstancias que directa o indirectamente nos producen daño. Algunos son unos verdaderos parásitos, se instalan y nos roban: tiempo, energía, atención y otro tipo de recursos.

Pero los que realmente me preocupan son los organismos entomopatógenos, los enemigos que se hospedan y que llenan de enfermedad. A veces creo que las organizaciones también albergan algunos miembros que, consciente o inconscientemente, enferman la cultura, la moral y los valores de las organizaciones. Cuidado con esos enemigos con los que cohabitamos y convivimos.


"¿No tienes enemigos? - ¿Es que jamás dijiste la verdad o jamás amaste la justicia?".

Gandhi


LOS SEGUNDOS AL MANDO



Nada como una película popular para ilustrar un ejemplo. Hay tres escenas en la película Gladiador donde el tema del liderazgo predominante es: los segundos hacen y definen al primero (si no has visto la película, puedes guardar el artículo y leerlo después).

El Emperador
César, cansado y viejo, y presintiendo que llegó su hora, le dice en privado al General Maximus que el nuevo emperador romano no será su hijo Commodus -por incapaz- sino él, que había guiado a las tropas romanas a un gran número de victorias y conquistas en la expansión del Imperio.

Maximus, sorprendido e inseguro por el gran reto que le confería el Emperador y con ganas de retirarse a su villa campestre y estar con su familia, le contesta que le permita pensarlo en la noche.

Pero
Commodus, el desgraciado hijo del Emperador, esa misma noche asesina, sin que nadie se dé cuenta, a su padre y al amanecer anuncia que la última voluntad de César era que él, y nadie más, fuera el nuevo César de Roma. Y le llama a Quintus, jefe de la élite militar, para que tome preso a Maximus.

Quintus duda por un segundo y no sabe a quién apresar... ¿realmente será Commodus, el hijo terrible, el nuevo emperador? ¿César, el viejo, le habrá dejado el poder al victorioso Maximus, su consentido?

Y
Quintus decide. Apoya a Commodus y ordena matar a Maximus. Y con esta decisión tomada en fracciones de segundo, decide el futuro de Roma.

Quintus, y no el fallecido Emperador, ni Maximus y menos Commodus, decide el destino de un Imperio.

A pesar de la duda inicial de
Quintus, una vez tomada su decisión, manda matar sin remordimiento al generalísimo Maximus y a su familia. No problem.

Pero
Maximus se escapa y logra finalmente enfrentar en un duelo a muerte a Commodus en pleno Coliseo Romano con miles de testigos. Casi al final de la batalla, Maximus con todo y que estaba herido de muerte, arrincona a Commodus que se quedó por un momento en desventaja y sin espada.

Commudus le grita a Quintus, otra vez envuelto, y le pide le pase un espada para defenderse. Y Quintus, por segunda ocasión duda. ¿Le doy la espada a Commudus para que mate al herido Maximus? o ¿Dejo que Maximus remate a Commudus?

Quintus Decide, tras un largo momento, negarle la espada a Commudus, y Maximus lo mata, pero se queda sin fuerzas ahí parado y a punto de desfallecer. Las miles de voces del ruidoso Coliseo Romano se apagan. Silencio. Impresión. ¿ Ahora qué?

Quintus, presintiendo que Maximus no iba durar muchos minutos con vida -incluso su espíritu se empezaba a transportar-, le grita: "Maximus", como pidiendo instrucciones, y éste responde lo que sería su primer y última orden como el Emperador Maximus: "libera a los prisioneros y apoya al senador Gracchus (que ya planeaba la destitución del malvado Commudus) y deja que él guíe a Roma en la siguiente fase", Maximus se tambalea y fallece.

Quintus, por tercera ocasión, decide el futuro de Roma. Acata la orden -podía no haberlo hecho porque Maximus estaba muerto- libera a Gracchus y lo apoya como el nuevo líder romano.

En esta trama, en tres ocasiones diferentes el poder del Imperio más poderoso del mundo se definió por la voluntad de Quintus, el segundo de abordo.

La mayoría de los motines en la historia de guerras son producto de una insubordinación de los segundos de abordo que se convencen de destituir al líder.

Si el segundo decide no apoyar la sublevación ahí se para en seco, o por lo menos la previene un buen tiempo.
A la hora de la verdad, todos los ojos del movimiento motinesco miran al segundo de abordo. Si este dice va, el motín se ejecuta de una manera rápida y eficaz.

Los golpes de estado con frecuencia son motivados por gente allegada a los líderes que se quieren derrocar.
Las traiciones más grandes típicamente son de gente cercana.

Lo verdaderamente interesante de este concepto no consiste en evitar que los segundos nos den un golpe de estado,
sino en utilizar esta fuerza para llevar a la organización al éxito.

El equipo inmediato define al líder y ejecuta el ángulo estratégico. Un buen líder reconoce esto y empieza por ahí.

En una empresa, por más grande que sea, con que haya 3 ó 4 altos ejecutivos muy buenos que trabajen en equipo, es suficiente para que el negocio camine bien.
Esta noción refuerza la sinergia de que cuando el líder está flanqueado por gente de primera que lo apoya, hace contundente su liderazgo.

Un equipo que en el plano personal viboree al jefe, lo sabotee, lo desprecie en privado y se burle de él ante terceros; o en el plano profesional, que no ejecute, no dé seguimiento, no demande y no refuerce con convicción las directrices del líder, hará que éste pierda fuerza o peor, que nunca la tenga.

De ahí la lógica de que los nuevos líderes lleguen con su gente, sin que tampoco esté cegado por ella.

El que con lobos anda, a aullar se enseña. Dime con quién andas y te diré quién eres.
Preséntame a tus segundos, y te diré que tan buen líder eres.



“La gran ventaja en una batalla es que puedes mirar al enemigo a la cara.”

Pelicula: Gladiador

jueves, 15 de diciembre de 2011

LAS MENTIRAS EN LAS ORGANIZACIONES



No conocemos de ningún estudio que haya valuado el costo de la mentira en las organizaciones.

Hay excepciones, pero las mentiras se dan por todos lados: de los directivos hacia los dueños; de los directivos hacia sus subordinados; de los subordinados hacia sus directivos; y entre gente del mismo nivel.

Estudios de empresa han estimado costos de rotación de personal, del stress que padecen los empleados, de lo que vale el capital intelectual o de lo que cuesta entrenar al personal, pero no conocemos ningún estudio que evalúe lo que cuesta la mentira. Y en función de esto, no nos queda mas que especular y que cada quién llegue a sus propias conclusiones.

Ocurre algo terrible en una empresa. Algo que afecta a todos los niveles y que se tiene la sensación que alguien tuvo que haberlo visto antes. ¿Por qué nadie dijo nada? ¿A quién le toca esto?

Existen varios tipos de mentiras: la de omisión, creo que es la más típica: si no me preguntan, ni para qué digo; la mentira abierta, que no es tan común porque se puede comprobar; la parcial: solo digo la parte que me conviene decir, ni una palabra más; y la auto-mentira, la que todo mundo sabe de mi pero que me niego a aceptar.

La cultura de “matar al mensajero” o al portador de malas noticias persiste en muchas organizaciones y no solo en México. Parece como si existiera una tendencia a relacionar al que no da las malas como “positivo” y al que, aunque tenga el valor y la evidencia de que las cosas van mal, en el negativo agua-fiestas.

Cuestiones inexplicables como que la compañía Apple en su tiempo hay decidido permanecer “cerrada”, que la IBM haya reaccionado tan tarde para entrar de lleno a las computadoras personales, que el Grupo Sidek haya tenido un grado de apalancamiento tan alto, que Zapatos Canadá no se haya anticipado a la inminente apertura comercial, que Liverpool se haya asociado en algún tiempo con K-Mart en lugar de fortalecer su posicionamiento de tienda departamental, que el Grupo Salinas y Rocha haya reaccionado tan tarde a problemas financieros y de administración, que tantos bancos hayan sido intervenidos, , que la compañía Xerox haya perdido millones de dólares en su fallida incursión a las computadoras,
No todo lo anterior se debió a mentiras, pero dudamos que habiendo ejecutivos tan capaces en corporaciones como las que mencionamos, nadie se haya percatado de los errores estratégicos.

El caso de Motorola es ilustrativo. Hace algunos años en una de las reuniones de primer nivel de ejecutivos, en una convención, todo mundo estaba contento. Estaban reunidos cientos de ejecutivos de primer nivel en un auditorio y casi al cierre de la convención, el director general sonriente pregunta: “bien, ¿algo más?” Y allá en al final de las filas, donde las águilas se atreven, un ejecutivo levanta la mano y se pone de pie.

Hace una pausa mientras todas las miradas apuntan al audaz ejecutivo que dice “si, si hay una cosa más………nuestra calidad apesta (sucks)”…..silencio, pausa, confusión, terror.

El director general, intrigado, empieza a cuestionar a este ejecutivo que puso su cuello en la soga. Pero lejos de ahorcarlo se le cita al día siguiente y pide que dé más detalles.

Este célebre incidente fue lo que llevó a la creación del internacionalmente conocido programa de Seis Sigma (prácticamente cero defectos) de Motorola y que lo acabó de consolidar en las ligas mayores.

Un ejecutivo valiente y un director general todavía más valiente. Lo que la verdad hace en un ambiente propicio.

En organizaciones mediocres las malas noticias no se dan; se cubren, se protegen, se distorsionan. Y sólo hasta que los problemas se convierten en crisis son atendidos y nunca faltan héroes que le quieran entrar al drama de la corrección en lugar de entrarle a prevenirlo discretamente.

Las organizaciones burocráticas tienden a ignorar o a minimizar los problemas hasta que se convierten en verdaderas crisis. Cuando los problemas están a nivel de potenciabilidad o están en la etapa embriónica, tienden a ignorarse. Y como dicen el I Ching, los problemas se tienen que arreglar cuando son pequeños, cuando casi no hay gloria ni drama por solucionarlos.

Los actos heroicos, los héroes que sacan a las empresas de problemas, pueden ser crucificados después. Un día son héroes y están en la gloria, otro día son villanos y están en la cárcel o muertos. Otra posibilidad es que los grandes héroes murieron asesinados: los Niños Héroes, Morelos, Miguel Hidalgo y Costilla, John Kennedy, Sor Juana Inés de la Cruz, Luis Donaldo Colosio.

T. J. Rogers, el super-líder de uno de los líderes en microchips Cypress Semiconductors, es reconocido por la sencillez y candidez con la que los problemas y los soluciona, comenta que uno de los valores principales y esenciales de su compañía es: Resulta interesante que cuando se le pregunta a T.J. Rogers que hable de sus valores primordiales que rigen el éxito de su empresa, él responde que la esencia de la compañía es “we tell the truth(nosotros decimos la verdad). Sencillo, básico y sumamente trascendente.

Rosabeth Moss Kanter, se tira duro contra los liderazgos de la mentira afirmando que los malos líderes se tienden a rodear de sanguijuelas que se dedican a sangrar a la empresa y buscan conservar el status quo a toda costa.

Veámoslo con un poco de suspicacia. El grupo de directores o vice-presidentes tiene todo los privilegios de la torre de marfil. Están en el escalafón más alto y gozan de las mayores prestaciones posibles: automóvil, salarios altos, celular, chofer, acciones, prestigio, etc. y no son los interesados en el cambio.

Los presidentes de México, salvo excepciones, tienen la fama de que al final de sexenio “se les va la onda”. Parte de los argumentos que explican estos comparativos errantes son el que se pueden rodear de gente que se dedica a alabarlo y a decirle constantemente que tiene toda la razón y lo brillante que es.

Después de cinco años de ser infalibles, perfectos y honorables, ya están perdidos. Seguramente no saben qué es y que no es. El contacto de la realidad es cada vez más difícil.
El director general de Cisco Systems dice que hay muchas cosas que puede posponer en su trabajo excepto uno: su desayuno mensual. Aquí tiene la oportunidad de escuchar a gente de cualquier nivel organizacional, sobre cualquier tipo de problemas. El ser honesto y claro se fomenta y poco es tan valioso para él.

Una excelente forma de mantenerse en contacto con el mercado y con la verdad es hablando con clientes. Lejos de tener posiciones temerosas para manifestar honestamente lo que creen típicamente exigen y comparan.

Andy Grove, el director general de Intel Corporation, asegura que los directores son los últimos que se enteran de movimientos en la industria. Es la gente de campo la que primero se entera de los movimientos.

Alfred Sloan, ex-director general de Chrysler y el primer gran líder del corporativo moderno, tenía la disciplina de salir a hablar con sus distribuidores por lo menos una vez al mes.

Es el grupo bajo ellos y el que está abajo de éstos, que quieren promover un cambio estratégico y que fácilmente apuntan a las áreas de oportunidad o de problemas, tienen dificultad para transmitir ésa urgencia.

Este tipo de gente tiene una gran inversión en el pasado. La  mentira es condenable. Nadie la quiere, pero en la empresa es de lo más común.

Hace algunos años en Estados Unidos empezó una campaña nacional contra los grupos de administradores que “no tenían el valor del accionista como la primordial”. Raiders encabezados por el famoso T. Boone Pickens compraban compañías completas en aras de los accionistas y demostraba que gracias a su intervención el valor de la compañía se incrementaba.

La mentira se usa todos los días en la empresa y la más común es la de omisión. Si no preguntan, ni para qué decir nada

Ambiente Tenso. Empresa mentirosa, persona honesta. Aquí hay una crisis para la persona que rechaza la mentira. No sabe qué decir ni cuando decirlo. Su observación y su intuición le dice que no es seguro hablar. En este escenario las cosas se van complicando con el tiempo hasta que los problemas hacen crisis.

Ambiente Destructivo. Empresa mentirosa, persona mentirosa. Gran peligro. No hay objetividad. Todo cae en un juego político, de presentaciones en Power Point  y comercio de influencias. El que mejor sepa mentir y mejor se mueva bajo el esquema de la mentira sube. El honesto o el carente de cinismo se queda rezagado. La empresa no tiene futuro.

Ambiente Desaprovechado. Empresa honesta, persona mentirosa. La cultura erradica en algún momento u otro al rollero, mentiroso y complicado. La razón y el mérito se convierten en las principales motivaciones del personal. Una empresa que predomina en esta categoría tiende a llevar y a corregir el rumbo. Pocos placeres debe de haber en este sentido.

Ambiente Estrella. Empresa honesta, persona honesta.




“Frecuentemente, una crisis surge, no por falta de dinero, sino por falta de ideas.”

Winston Churchill