A este respecto es ejemplar la actitud del presidente Kennedy tras el fracaso en la Bahía de Cochinos en la que los norteamericanos intentaron liberar Cuba del regimen castrista en 1961. En 72 horas el ejército de Fidel Castro había consegudo neutralizar la invasión.
El presidente comunicó a su equipo de consejeros que se iba a dirigir a toda la nación por televisión asumiendo la total responsabilidad del fracaso. Bob McNamara, entonces secretario de defensa norteamericano, según explicó posteriormente, sugirió al presidente dirigirse él a continuación a la nación explicando que la responsabilidad del fracaso era de todo el gabinete. Kennedy se opuso a este segundo mensaje aludiendo que fue él y bajo su responsabilidad quien aceptó los consejos del gabinete.
Kennedy no solo asumió personalmente la responsabilidad de sus errores sino que supo aprender de ellos: cuando un año después, en 1962, la Unión Soviética colocó unos misiles en Cuba amenazando directamente a los Estados Unidos, en la llamada crisis de los misiles de octubre, Kennedy supo evitar los errores cometidos en la Bahía de Cochinos y diseñar un plan de acción con muchas más garantías de éxito. El proceso de decisión que impuso a su equipo de consejeros es un extraordinario ejemplo de toma de decisiones en equipo. El bloqueo a la isla se impuso a la alternativa de una respuesta militar que podría haber desembocado en una nueva guerra mundial.
Siempre sera importante y mas sano: reconocer los errores y aprender de ellos para no volver a cometerlos. Tus subordinados lo apreciarán y te lo agradecerán.
“Toda la vida es un juego de poder. El objeto del juego es sencillo: saber lo que se quiere y conseguirlo.”
Michael Korda
No hay comentarios:
Publicar un comentario