Una vez escuche a un director general que durante una conferencia
comentó en forma irónica: “Quiero que los
empleados me digan mis errores, aunque les cueste su trabajo.” Aunque sabíamos
que estaba bromeando, no todos se rieron. Un extranjero que estaba sentado a mi
lado me preguntó ¿Esto es serio o es broma?
La Historia del Lápiz Espacial
En una de las expediciones a la Luna el Gobierno de Estados Unidos
tuvo una serie de dificultades pero una de ellas en especial era que a los
astronautas se les dificultaba “escribir en la luna” un día la NASA encargó a un equipo de investigadores trabajar en
la creación de un instrumento para escribir que funcionara en el espacio. Los
bolígrafos tradicionales no pueden utilizarse en un ambiente sin gravedad, así
que después de cientos de horas y varios miles de dólares los científicos
norteamericanos desarrollaron “la primera pluma espacial.” Años más tarde
los rusos se enfrentaron con la misma problemática, después de algunas horas de trabajo en equipo llegaron a una asombrosa conclusión: utilizarían
lápices.
Imaginen su Propia Historia
¿Ustedes creen que ningún investigador norteamericano pensó en la
opción de utilizar un simple lápiz de grafito? No lo sabemos,
pero si me lo permiten podemos jugar con la imaginación y crear la siguiente
situación: Un director
general asiste a un curso en donde se habló sobre un tema que atrajo
especialmente su atención. El director, de regreso a la oficina, crea un nuevo
proyecto apoyado en la idea que tuvo en el camino. Meses más tarde se siente
decepcionado por no haber alcanzado los resultados deseados con el proyecto y
se pregunta ¿Qué fue lo que
salió mal si la idea era tan buena?
¿Quién Recompensa a Los que Toman Riesgos?
El verdadero problema, en la mayoría de los casos, es que el
equipo de trabajo evita cuestionar los “supuestos” (especialmente si
vienen de dirección) y prefiere
alinear sus ideas antes que arriesgarse a emitir una objeción. Después de todo ¿en qué organización se recompensa a los que toman riesgos? Para algunas
personas el que toma los riesgos es el jefe, los demás deben limitarse a
ejecutar las acciones. Se imaginan
ustedes a un joven ingeniero de la NASA cuestionando al veterano director encargado
del proyecto de la pluma y diciéndole: “¿Para que tanto
alboroto, ha oído usted hablar de los lápices? Ahora proyecte esta escena a una
organización que usted conozca.
Hace algunos meses me entere de un empresario que sufrió un
accidente cuando el caballo que montaba lo tumbó.
El capitán de empresa comentó que el equino
seguramente no entiende de organigramas. Ahí
esta la solución y el problema. Necesitamos más
caballos que no entiendan de posición organizacional, pero en lugar de tumbar
que hablen. Las organizaciones exitosas
cuentan con personas que entienden menos de organigramas, pero más de su área
de trabajo. Empleados comprometidos con sus ideas y conocimientos que aportan
lo mejor de sí a la empresa, y cuando ven que algo anda mal lo reportan
inmediatamente sin importarles el organigrama.
¿Cuántas Plumas Espaciales está Diseñando?
En varias ocasiones he
oído de proyectos especiales en los que una gran cantidad de recursos,
económicos y humanos, se dedican a la resolución de un problema.
A mayor cantidad de recursos mayor el compromiso de
la alta dirección, es decir, viendo el presupuesto sabemos quien está detrás de
la idea. ¿Y
cuántos de estos proyectos terminan en plumas espaciales para trabajar en
gravedad cero? ¿En cuantas ocasiones un simple
lápiz es la solución a nuestros problemas? Hagamos
una lista de los proyectos que actualmente estamos llevando a cabo en nuestras
organizaciones, espero que tengamos más lápices que plumas espaciales.
Cuéntele la Historia a Sus Compañeros
Casi les puedo asegurar que en su organización tienen ustedes a un
buen par, cuando menos, de empleados que son como “caballos salvajes”: Fuertes, independientes y defienden sus ideas con coraje. Suelen
ser a veces individuos que no entienden de organigramas. Cuénteles la historia de la pluma y el lápiz, y pregúnteles que
opinan de lo que está actualmente sucediendo en la empresa. Prepárese para escuchar todo tipo de comentarios, quizás algunas
ideas le parezcan completamente descabelladas. Lo más importante es abrir el
canal de comunicación. ¿Cuantos
se puede ahorrar si permite a sus empleados “criticar” sus decisiones? Antes de iniciar un nuevo proyecto le sugerimos que escuche
detenidamente, especialmente a aquellos que no entienden de organigramas
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