lunes, 26 de agosto de 2013

EL ARTE DE DIRIGIR


  Dueños de empresas, líderes y gente tomadora de decisiones son los responsables del desempeño del negocio, contrario al pensamiento que la productividad recae sólo en el personal operativo.

      Tomar más decisiones es generar más opciones posibles de valor para la empresa. La relación entre la toma de decisiones y el éxito de la empresa es muy estrecha y necesaria. Las empresas que generan opciones de negocio y valor tienen mayores probabilidades de alcanzar objetivos. Para lograr lo anterior, se sugiere el análisis de las siguientes preguntas: ¿Qué relación tiene la toma de decisiones con la ejecución y éxito de la empresa?, ¿qué relación tienen la toma de decisiones y ejecución con la rentabilidad de una empresa?, ¿cuál es la relación entre la estrategia y la rentabilidad?

Las buenas decisiones crean opciones de valor a futuro para un negocio. Las buenas decisiones se realizan buscando un resultado y orientadas a un objetivo. La toma de decisiones se basa en seleccionar entre dos o más alternativas para solucionar un problema u obstáculo, y es un elemento central del proceso de planeación.

La toma de decisiones se realiza siempre bajo ciertos criterios, los cuales pueden ser institucionales y/o personales. Toda persona, dentro y fuera de una organización, toma decisiones, las consecuencias de la buena, o mala, toma de decisiones es la que da o elimina opciones de crecimiento y desarrollo.

Como consecuencia de una buena decisión, el futuro de cualquier tipo de empresa tiene altas probabilidades de ser positivo, tal como es el ejemplo de Bill Gates al licenciar el Sistema DOS a IBM, lo cual le dio la oportunidad de introducir Windows, y lo anterior le dio la opción de introducir Explorer, dando por resultado la opción del lanzamiento de MSN.

Hoy en día todos conocemos los resultados de este ejemplo de Microsoft en el acertado proceso de toma de decisiones, la consecuencia de una buena toma de decisiones enfocadas a los objetivos afecta el futuro y crean valor a la empresa y nuevas oportunidades de negocio. Otro buen ejemplo es la empresa mexicana Cemex, comandada por Lorenzo Zambrano, esta empresa ha tomado decisiones de compra y venta que le han generado un valor en rentabilidad muy superior en comparación con sus números de hace cinco años.

Por el contrario, las decisiones pobres limitan las opciones a futuro del negocio y le restan valor.

Una pregunta importante para analizar el impacto que tiene la buena toma de decisiones es
¿Cuántas de las decisiones que se tomaron en este año crearon un 10 por ciento o más de valor para la empresa con respecto al año anterior?, ¿Cuáles decisiones que se tomaron hicieron cumplir con los objetivos trazados en este año?, y ¿qué decisiones evitaron que se cumplieran las metas planeadas durante este año?

Cuando las decisiones que se toman no están enfocadas hacia un resultado y objetivo, hay altas probabilidades de estar sólo desperdiciando el tiempo de los ejecutivos y del personal que las ejecuta. ¿Qué se sugiere hacer?, entre más decisiones se tome se aprende a tomarlas mejor, más rápido y con mejores resultados. La toma de decisiones es una habilidad que debe ser desarrollada para tener grandes y mejores resultados.

Los ejecutivos o dueños deben de enfocarse a maximizar el número de buenas decisiones que se realizan cada año, y a lograr el mejor desempeño en cada ejecución que se realice, para así aportar valor futuro a la empresa.
¿Por qué lo ejecutivos o dueños y no todos en la empresa?, porque las decisiones que generan mayor valor, y a su vez rentabilidad, a la organización son las que se realizan como parte del proceso de la planeación estratégica de la empresa.

En un estudio realizado por Michael Mankins, presentado en la Ciudad de México por Harvard Business Review, sobre la relación entre la calidad y el ritmo de la toma de decisiones, presentó los siguientes resultados derivado de un análisis a ejecutivos de primer nivel de más de 200 empresas durante cinco años consecutivos:
 
Cuando los ejecutivos toman sólo decisiones de buena calidad, el valor que se alcanza es de 2 puntos sobre cero, tomando de referencia que la partida es de malas decisiones, es decir, -1, lo cual es bueno.

Cuando se trabaja en tomar decisiones a un ritmo rápido, el valor alcanzado es de de 2 puntos (el doble), tomando de referencia que el punto de partida es cero, lo cual es un poco mejor que tomar decisiones de calidad solamente.

Cuando se toma un paso acelerado en la toma de decisiones y con buena calidad, el incremento en el valor es de 6 puntos sobre cero en el mismo periodo de tiempo, es decir, tres veces más que las dos anteriores opciones.

Pero cuando se añade una buena ejecución a la toma de decisiones rápida y de calidad, se mantiene el mismo resultado en valor de puntos pero con un 30 por ciento de menos tiempo. Lo anterior refleja mayor efectividad y rentabilidad para todo tipo de negocio, lo cual hace importante la necesidad del tomar decisiones de valor a futuro que generan rentabilidad a la empresa, independientemente de su tamaño, iniciando por tomarlas rápido, con calidad y con apego estricto a la ejecución. Buscando conseguir el resultado que se ha plasmado como objetivo para este año.

La rápida y con calidad toma de decisiones genera valor contable a las organizaciones, sin importar su tamaño.

En la segunda parte de este artículo se expondrán causas y factores para acortar la brecha entre la estrategia y el desempeño de la organización, así como sugerencias para tomar decisiones importantes que generen valor.
 
"La toma de decisiones es algo de todos, pero generar valor no es de cualquiera".

Descripción: pix
La ejecución también crea opciones. Una buena ejecución también crea opciones de valor a futuro a través de las buenas decisiones mejoradas, que entre mejor sean estas últimas, mayor será el capital para invertir en nuevos negocios y mayores oportunidades se tendrán para incrementar la rentabilidad.

La ejecución de la estrategia de cualquier empresa requiere contestar las siguientes preguntas: ¿Qué se requiere hacer? y ¿cómo se logrará hacerlo? La ejecución de la estrategia debe estar basada en la estrategia del negocio y orientada al desempeño, la cual se determina a través de tomar información, ideas y entendimientos buenos y transformarlos en una estrategia que busque responder ¿en dónde competir? y ¿cómo competir?, para después ejecutar la estrategia tomando importantes decisiones y transformándolas en un gran desempeño.

Por el contrario, ¿qué hace que fracase la ejecución? Cuando la estrategia no es concretada y es muy general, como por ejemplo: "ser los mejores" no indica nada, ni sugiere algo específico a hacer; cuando los planes no son realistas, como por ejemplo: "vender 2 mil piezas", cuando sólo se tiene la capacidad de producir 150; cuando los planes no son ejecutados por cualquier razón o circunstancia; cuando no hay alarmas tempranas preventivas que avisen a los ejecutivos o dueño de cambios en el entorno, mercado o al interior de la empresa; cuando no hay medición real y continua de la estrategia; y, cuando no hay planes de contingencia o plan B para hacer frente a cualquier falla del plan original.

Existen dos CAUSAS para acortar la brecha entre toma de decisiones y desempeño: 1) la buena toma de decisiones afecta en calidad, cantidad y magnitud. El efecto de la toma de decisión tiene mucho que ver sobre cómo se realiza ésta, es decir, con la forma, fondo y alcance de la decisión. Y, 2) la buena ejecución se realiza en base a información, procesos y personas. En este punto es importante hacer mención que deben existir procesos que faciliten la información importante, así como el tener a las personas idóneas para ejecutar la estrategia.

Además de estas dos causas subyacentes, que pueden facilitar acortar la brecha entre la efectiva toma de decisiones y el desempeño de la organización, hay factores que contribuyen a reducir dicha brecha.

El primer factor es cuando la estrategia no está enfocada al desempeño y no se lleva una agenda disciplinada. Un buen ejemplo es el siguiente: se ajusta mal la agenda de trabajo desde el momento en que no hay tiempo para realizar la estrategia del negocio, que produce muy pocas decisiones, y las decisiones que se toman no se respetan, dando como resultado reuniones de alta gerencia o dirección sin valor alguno.

Además, se da poco tiempo para reuniones de valor y revisión al mes, o bien sólo hay reuniones cuando existen situaciones de "crisis" o para dejar algún precedente.

También cuando las reuniones que se tienen son "estáticas" y fijas a cierto horario, porque así deben ser, y no en donde se tomen decisiones frecuentes que generen valor a la empresa. O las reuniones que se tienen para compartir información relevante y terminan en otros asuntos no importantes, o en aquellas en las que impera más el uso de la jerarquía organizacional y el poder, que el tomar decisiones orientadas a un objetivo. ¿Te suena familiar?

El segundo factor es cuando no hay una estrategia de ejecución o la que existe es muy pobre, lo que significa que no hay o no existe un seguimiento adecuado a la ejecución de la estrategia, lo que da como resultado que no se pueda amarrar la estrategia con el capital o inversión, lo que ocasiona fallas constantes en la planeación y abre más la brecha entre el desempeño y la estrategia.

Y el último factor es cuando la planeación estratégica produce pocas buenas decisiones. Un estudio de Harvard Business Review, realizado por Michael Mankins, sobre la relación entre la calidad y el ritmo de la toma de decisiones, aplicado a ejecutivos de primer nivel de más de 200 empresas durante cinco años consecutivos mostró que sólo el 34 por ciento de los directivos encuestados considera que la planeación estratégica es continua y relacionada con las tomas de decisiones continuas. También, el 66 por ciento de los directivos encuestados hacen su planeación según el tipo de negocio y mercado, y de este porcentaje sólo el 25 por ciento toma decisiones en base al tipo de negocio y mercado.

Lo anterior demuestra el porqué de la creación de planes que no destacan asuntos importantes y no generan decisiones orientadas a resultados. El resultado de la percepción de los ejecutivos encuestados: el 49 por ciento piensa que la planeación es ineficaz y sólo quita tiempo.

La buena relación entre la estrategia con la toma de decisiones y ejecución garantizan permanencia en el mercado de la empresa. Y esto aplica para todo tipo de negocio.

¿Cómo lograr una gran toma de decisiones?
        
  1) Manejar las decisiones separadas de la estrategia
     2) Enfocarse a las decisiones, no a las discusiones
     3) Medir el valor real de cada tema en la agenda
     4) Sacar temas de la agenda lo antes posible
     5) Colocar opciones reales sobre la mesa
     6) Adoptar procesos y estándares comunes en la toma de decisiones
     7) Hacer que la toma de decisiones brinde resultados.

Por último, presento seis consejos para impulsar una ejecución más efectiva sugeridos por Michael Mankins:

    1) Simplificar y concretar
     2) Basar los planes en la realidad económica
     3) Fijar prioridades explícitas de ejecución
     4) Definir cuándo, no sólo qué y dónde
       5) Monitorear el desempeño de forma continua
     6) Confrontar la realidad y despegar contramedidas.

     "Las decisiones que impactan al negocio son las que determinen sus ejecutivos o dueños, y cómo éstos se involucren en el monitoreo continuo del desempeño de la ejecución".




“El buen liderazgo consiste en enseñar a la gente normal hacer el trabajo de personas superiores.”

John D. Rockefeller

No hay comentarios:

Publicar un comentario