“Según Dewey el pensamiento reflexivo es siempre más o
menos penoso porque implica vencer la inercia de nuestros juicios apresurados.”
La Gelatina y El Agua.
Hace casi
treinta años Edward de Bono propuso un interesante ejemplo para demostrar como
las ideas preestablecidas fijan patrones de pensamiento, para esto utiliza los
siguientes elementos:
un recipiente extendido con gelatina preparada y agua caliente. El ejemplo
consiste en inclinar un poco la gelatina y dejar correr desde la parte más alta
del recipiente un poco del agua caliente. Se puede observar como el liquido va
formando un canal conforme va avanzando cuesta abajo, y entre más veces
depositemos el líquido desde el mismo punto podemos observar que sigue la misma
ruta.
Si ahora
tratamos de que el agua tome un camino diferente la lógica nos diría que
debemos dejar caer el agua desde un punto diferente. Como las primeras gotas de
agua caliente dejaron marcas suficientemente profundas, las siguientes gotas se
terminarán acercando al relieve previamente formado. Esto es exactamente lo
mismo que sucede con la geografía del planeta, en donde una vez pasó un río
siempre existe la posibilidad que el agua vuelva a correr por el mismo sitio.
El agua corre por donde el cauce ya está preparado y entre más agua pasa más
permanece el cauce.
La Definición de Problemas.
Y esto
también sucede con la lógica de nuestros pensamientos, una vez que “nuestro
sentido común” ha trabajado en la resolución de un problema se forman
asociaciones de ideas que se van reforzando conforme la frecuencia del uso
aumenta. Igual que las gotas de agua sobre la gelatina, entre más gotas se
depositan más profunda es la marca que dejan sobre la superficie. El problema
es que no todos los problemas requieren seguir la misma lógica o secuencia de
pensamientos, en otras palabras las formula antiguas no siempre funcionan para
solucionar los nuevos problemas.
Nuestra
percepción de la realidad también está dictada por experiencias previas,
percibimos aquello que estamos acostumbrados a distinguir mientras lo demás
solemos pasarlo por alto. Todos tenemos una gran necesidad por interpretar
hechos y acontecimientos que no observamos directamente. Lo que es aún peor nos vemos materialmente obligados a tomar decisiones y trazar
planes de acción sobre la base de la mera interpretación de la realidad. En
algunas personas de esto depende la estabilidad de su trabajo o el éxito de su
empresa. Ya decía John Stuart Mill “obtener inferencias se ha considerado como
el gran negocio de la vida”.
Rapidez Ante Todo.
Es muy importante que
reconozcamos que cada vez que la mente se enfrenta con una problemática se
produce modelos mentales que tratan de reproducir una “fotografía global” de la
situación en general. Estamos acostumbrados a “reducir” los problemas a
descripciones simplistas de situaciones complejas en términos que nos son
familiares. De manera que si alguna vez se presenta un problema de un
subalterno con su jefe solemos reducirlo a un simple problema de autoridad que
se presenta entre el recurso humano.
Como Si La Realidad Fuera Así de Simple.
Nos vemos obligados a
representar la realidad en estos términos porque vivimos bajo una constante
demanda por tomar decisiones en corto tiempo. No se busca precisión en las
respuestas sino velocidad en la acción, y en nuestro entorno (especialmente en
las grandes ciudades) el que no trabaje de esta manera suele considerársele
como alguien disfuncional. Desgraciadamente esta forma de eficientar los
procesos mentales nos obliga a caer en el error de pensar que nuestra mente
procesa información en forma objetiva, simplemente porque así nos gustaría que
sucediera.
¿Le Está Sucediendo a Usted?
Casi les puedo
asegurar que una buena cantidad de problemas que actualmente padece su organizacion se basa en una percepción incompleta de la realidad, por lo tanto la solución
de la misma no es efectiva. Esta situación yo la visualizo como tratar de
aflojar un tornillo de cabeza plana con un desarmador de tipo estrella. Aún
peor si usted mismo fue quien sugirió la compra del costoso desarmador para la
realización de esta tarea y ahora tiene un grupo de ingenieros estudiando
porque “el tornillo no se ajusta a nuestra herramienta”. En su caso la
herramienta en conflicto puede ser una nueva computadora, un paquete de
software, la creación de un nuevo puesto o el desarrollo de un nuevo producto.
La raíz del problema
está en que si no reconocemos que nuestra estructura mental esta “hecha de
gelatina” y nos dejamos llevar siempre por la impresión de experiencias pasadas
podemos caer fácilmente en situaciones en donde la realidad no se ajusta a
nuestras soluciones.
“Nunca
se trabaja con los hechos, sino con las opiniones que tenemos de los hechos”.
Peter
Drucker
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