- Por el ejemplo. En general lo lidero con el ejemplo, señor.
- Eso está muy bien, mi amigo. Eso es correcto. Pero…¿cómo hace para que logren ser mejores de lo que ellos mismos creen que pueden ser?… Ahí está la dificultad… donde, tal vez… la inspiración funcione. ¿Cómo inspiramos nuestro ser para que exprese su grandeza cuando ningún otro lo hará? ¿Cómo inspiramos a quienes nos rodean?… A veces lo hago con palabras ajenas… en la isla, cuando las cosas iban bastante mal, hallé inspiración en un poema…
“Lo que de la boca sale, del corazón procede…” No está de más repetir tantas veces como nuestra alma lo requiera las palabras que nos habilitan el acceso a ese espacio en el cual se activa nuestra grandeza y sumar a otros en la tarea… por eso, de la película Invitcus, el poema de William Ernest Henley que inspiró a Nelson Mandela…
INVICTUS En las sombras del Olimpo
En la noche que sobre mi se cierne,
Negra como el abismo insondable,
Agradezco al dios que fuere
Por mi alma inconquistable.
Negra como el abismo insondable,
Agradezco al dios que fuere
Por mi alma inconquistable.
Atrapado por las garras de las circunstancias
Nadie me ve llorar ni pestañar.
Bajo los azotes del destino
Mi cabeza sangra pero sigue erguida.
Nadie me ve llorar ni pestañar.
Bajo los azotes del destino
Mi cabeza sangra pero sigue erguida.
Más allá de este lugar de ira y llanto
Acecha la oscuridad con su horror,
Y la amenaza de los años
Me encuentra, y me encontrará, sin temor.
Acecha la oscuridad con su horror,
Y la amenaza de los años
Me encuentra, y me encontrará, sin temor.
No importa cuán estrecho sea el camino,
Ni cuán cargada de castigo sea mi espalda,
Soy el amo de mi destino.
Soy el capitán de mi alma.
Ni cuán cargada de castigo sea mi espalda,
Soy el amo de mi destino.
Soy el capitán de mi alma.
Peter F. Drucker
No hay comentarios:
Publicar un comentario