“Recursos humanos lleva el control. Si ellos no te autorizan el cuadrito en el organigrama, o cualquier otra cosa, nada pasa, a nadie puedes contratar. Te conviene estar bien con ellos porque si no, te lleva la fregada”. Esas fueron las palabras de un director de un área funcional que eventualmente ocupó una dirección general.
Esto se presenta a donde quiera que vayas, aunque no siempre en el área de Recursos Humanos. En las empresas por lo general existen grupos informales de poder donde, a pesar de que están al mismo nivel organizacional, dominan posiciones políticas e influyen al resto de la organización. Hay empresas donde producción controla, otras donde es finanzas o sistemas, en ocasiones el poder está en mercadotecnia o ventas. La influencia del área depende, además de las personas, de la etapa en la que se encuentra la empresa y la industria. La revista Fast Company, sacó un número donde en la portada decía con letras grandotas: “Why we hate HR”, y ahí mismo se detallaba lo siguiente: “Recursos Humanos nos estrangula con reglas, reduce nuestros beneficios y bloquea el cambio constructivo. Definitivamente que tiene que hacerlo mejor”. Varias publicaciones favorecen la idea de una reinvención completa de la disciplina de Recursos Humanos. Según Dave Ulrich, las 4 funciones a donde debe aspirar son: 1.- Ser un socio clave en la ejecución de la estrategia. 2.- Ser un experto en la forma en que el trabajo se ejecuta, para promover la eficiencia. 3.- Ser un “campeón” de la gente, y facilitar el proceso de compromiso en las personas y el cumplimiento. 4.- Promover el cambio organizacional y la innovación. Hay otros como Labovitz y Rosansky promueven el alineamiento organizacional; Senge, su enfoque de la entidad-que-aprende; Kaplan y Norton, integran las funciones de calidad en los procesos y aprendizaje en su Balanced ScoreCard; Howard Gardner, su propuesta de diversas inteligencias; Justin Menkes con su tesis de Inteligencia Ejecutiva; todos ellos embanderan la idea de cambio que tiene que emprenderse en la función de Recursos Humanos.
Y aquí hago un paréntesis y le entro a la parte de “los otros” que menciono en el encabezado de “RH y los otros”.
Es que todos andamos igual. Todos nos cuestionamos la vigencia de nuestra disciplina, la relevancia que tiene a la luz del cambio vertiginoso, la actualización del modelo particular. Por ejemplo, los ingenieros químicos son una especie en extinción en nuestro país mientras que los ingenieros físicos nunca se acabaron de dar; en profesiones de la salud mental, los sociólogos quieren demostrar su utilidad en el desarrollo social, los psicólogos se quieren quitar el estigma que son “para los locos” y los psiquiatras de que se la pasan recetando medicamentos cargados de efectos secundarios; a los ingenieros industriales el gremio los siguen asociando a que “sólo” son una versión de los LAE’s (Licenciados en Admininistración de Empresas con título de Ingenieros) y los LAE’s a su vez se les achaca de que carecen de una especialidad. Respecto a los mercadólogos, el tema más urgente es que tenemos que aprender a medir nuestro esfuerzo y a ser evaluados. No podemos seguir escondidos en las premisas de que “vendemos imagen”, “posicionamos productos”, “creamos marcas” y que es “imposible” de medir en el corto plazo. Los de estrategia tienen que superar el “trauma” de que Planeación Estratégica, como área, es la primera en ser despedida ante los reajustes, porque pasa por etérea y “poco aterrizada”.
Los contadores, que todavía andan con el cargo y el abono originado hace unos 500 años, buscan reposicionarse como LAF’s, “Licenciados en Administración Financiera”.
Los fabricantes de hueso colorado se topan con la creciente explosión de servicios catalizados por la era digital y con la subcontratación que se hace en países como China. Ahora enfrentan el hecho de que el poder en la cadena de valor está en las marcas, en la propiedad intelectual y el canal de distribución; rara vez en la manufactura. En resumen todos salimos raspados, retados, desplazados, incluso amenazados. La vigencia se erosiona, los formatos cambian, o deben cambiar, en función del mercado.
La tendencia apunta hacia la integración de disciplinas, el pensamiento metafórico, la conexión de puntos. Incluso “las profesiones tenderán a desaparecer para darle paso al modelo del emprendedor”
Moss Kanter de Harvard asegura que “Los retos en los negocios casi nunca están confinados a un área funcional. Los líderes tienen que estar armados con un entendimiento universal, propio y ajeno al negocio, para poder generar conocimiento, apreciar la visión grande y conectar los puntos”. Por eso digo que la perspectiva sólo se gana con la distancia; y aunque suene paradójico, el experto más lúcido es el menos especializado. "La estrategia sin tácticas es la ruta mas lenta a la victoria, las tácticas sin estrategia son el sonido antes de la derrota” Napoleon |
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