Las empresas que no están luchando con ventajas competitivas de saber hacer algo valioso que los competidores todavía no saben hacer bien, pues probablemente están trabajando a nivel profesional y compiten a base de mano de obra barata, buena posición geográfica, evadiendo impuestos o compiten por alguna razón no tecnológica. Si todo lo que saben hacer en tu empresa también lo saben hacer muchos proveedores y casi todos los competidores fuertes, entonces no tienen nada que esconder y la decisión de "outsourcing" o mandar comprar afuera o mejor hacerlo dentro de la empresa, casi es una decisión meramente económica y de selección de proveedores. Escoger el proveedor más barato no tiene chiste. Escoger el proveedor más confiable y sólido es otro boleto. De hecho, el origen del nacimiento del ISO como control de calidad fue para ayudarles a los compradores europeos a medio garantizar que algún proveedor lejano para ellos que estuviera en Latinoamérica, Asia, Africa o en Tumbuctú, cuando menos fuera un poco formal en sus operaciones. Si un proveedor no podía tener la certificación ISO, pues no era confiable y su precio barato saldría más caro. Entonces saber comprar, bien a bien, tiene su chiste. Pero aquí estamos tratando del enfoque adecuado de la decisión de comprar algo afuera o hacerlo mejor nosotros. De entrada, casi siempre las cosas compradas afuera salen más económicas, porque los cálculos de los costos interiores están chamaqueados o sancochados y muy manoseados, pues la misma gente presume de sus velocidades, de su productividad, de su bajo desperdicio, y lo peor: no toman en cuenta muchos costos escondidos, o más bien ocultos.
Ojo: no es lo mismo escondido que oculto; lo escondido algunos o a menos uno sabe dónde está, lo oculto nadie sabe dónde está. Muchos de nuestros costos están escondidos y otros están ocultos. Bien, por ejemplo, "el espacio" a veces pensamos que no nos cuesta, la rotación de personal, ¿cuánto nos cuesta?, disponer de la basura, ¿dónde lo pongo? Así podría haber decenas de costos internos que no tomamos en cuenta para calcular los costos de hacerlo adentro y claro, casi siempre resulta que nos conviene hacerlo adentro. Je je. Cuidado.
Bien, pero desde el punto de vista de la lucha tecnológica por obtener ventajas de saber hacer algo que todavía los competidores no saben hacer, el dilema de comprar o hacer adquiere otra perspectiva. Si algo de lo que haces en un área de tu planta o negocio lo saben hacer muchos, y solamente lo haces porque sientes que te sale más barato o porque tienes más control, entonces para mí ese quehacer es candidato a mandarse a hacer afuera con algún proveedor. Así te quitas algo que solamente te hace más complicadas tus operaciones y que no forman parte de ninguna de tus ventajas. En otras palabras, a ningún competidor lo pones nervioso porque tú estás haciendo esos tanques, esas estructuras, esas bases, esas armazones y demás. Pero si estamos hablando de algo que en definitiva no te interesa que tus competidores sepan algo de la manera como lo haces, o si estamos hablando de algo que quisieras mejorar mucho para lograr en ese "quehacer" alguna ventaja competitiva, entonces estamos hablando de algo valioso y fundamental para tu competitividad. Entonces no conviene mandarlo hacer afuera, aunque lo pudieran hacer más barato. Siempre antes de mandar hacer afuera algo que hacemos nosotros, tenemos que decidir si dicho "quehacer" forma parte de nuestras ventajas competitivas "tecnológicas", porque tenemos una mejor "lógica" de la "técnica" que empleamos para hacerlo.
Conviene tener en cuenta que al mandar hacer algo afuera le estamos enseñando muchas cosas al proveedor, y que dicho proveedor más temprano que tarde va a buscar competidores tuyos para ofrecerles lo que sabe hacer, y por lo tanto "todo lo que saben tus proveedores lo sabrán tus competidores". ¿Comprar o Hacer? Viene siendo primero una decisión de la administración de tu tecnología, y ya después vendrá siendo una decisión económica. |
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