domingo, 9 de agosto de 2009

MANTENGA LA SALUD FINANCIERA













Las finanzas de una empresa no se definen sólo por sus ventas, sino que a través de un conjunto de decisiones tomadas por quienes la administran.

Para ser un buen empresario, no sólo basta con ser un buen líder, también es necesario saber administrar de la forma correcta un negocio, sin cometer errores básicos que pueden llevar rápidamente al fracaso de la misma.

Para cumplir con estos objetivos y mantener la salud financiera de una compañía, existen cinco principios ineludibles para aquellos directivos que buscan "mantenerse a flote", estos son:


1. La búsqueda de la homeostasis en la empresa
En términos generales, existen solo dos formas importantes de que entre dinero a la empresa: por una aportación de capital o por ingresos derivados de las ventas. Por otra parte, las salidas de dinero se catalogan en costos, gastos de operación, inversiones y utilidades. Es primordial respetar esta jerarquía. Los problemas comienzan cuando los directivos ponen más atención a las salidas que a las entradas.


2. Siembre lo que cosecha
En palabras simples, lo que siembra es lo que cosecha. Siembre escasamente y cosechará escasamente, siembre con abundancia y cosechará con abundancia. Como dueño o administrador usted es ejemplo para sus empleados, proveedores y clientes. Por eso, en la medida de las posibilidades de la empresa, siembre en salarios decorosos; siembre al contratar un empleado más, si la actividad así lo demanda, mejorará su negocio.

3. No compre sin saber su utilidad

Evite las ofertas si realmente el negocio no las necesita en este momento. No adquiera cosas innecesarias sólo porque son deducibles de impuestos y porque "tiene IVA a favor", eso puede que ayude fiscalmente en el corto plazo, pero a la larga es una práctica muy perjudicial. Por eso, no adquiera nada que no sepa exactamente cómo lo va a vender o utilizar.

4. Tenga siempre una reserva de efectivo

Simplemente, existen imprevistos. Aunque esto varía dependiendo del giro y tamaño de la empresa, en general recomiendo que se procure tener, como mínimo, el equivalente a 3 meses de gastos de operación como reserva de efectivo.

5. La buena mayordomía
Si el dueño de una empresa "extrae" recursos más allá de la capacidad de ésta, pasará una de dos cosas: se quedará enana o morirá. Para que esto no ocurra, debe verse a sí mismo solamente como el administrador o "mayordomo" de la empresa, o sea, alguien a quien se le encargó su cuidado y que deberá entregar cuentas al verdadero dueño.

"La habilidad no es nada sin la oportunidad".

Napoleón Bonaparte

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