viernes, 26 de diciembre de 2008

MEDICINA EMPRESARIAL


Las empresas son como la salud. Las hay robustas, enfermas y en estado de coma. La analogía entre el cuerpo de una persona física y la de una moral encierra algunas lecciones, y la medicina preventiva debe preferirse a la correctiva.

MEDICINA PREVENTIVA.- En la antigua China el concepto de medicina era completamente a la inversa.. Una familia le pagaba una iguala mensual a un médico, para que de manera preventiva los atendiera y los alejara de una posible enfermedad.
Pero si alguien enfermaba, el médico dejaba de recibir su iguala y estaba obligado por contrato y por presión social, a atender y curar al paciente. Una vez aliviado, la iguala mensual se reanudaba.
En otras palabras: el médico ganaba dinero si la gente estaba sana y no porque estuviera enferma. Es mejor pagar para estar sano que pagar porque se está enfermo.
Una enfermedad, según los orientales, tarda mucho tiempo en desarrollarse. Un estilo de vida, una conducta autodestructiva, o una propensión genética toma tiempo en desarrollarse y llegar a ser crisis de salud.
Por el lado de la empresa, los grandes problemas tienen un discreto comienzo que solo el ojo entrenado, o el que tiene el tiempo, puede detectar. Y aunque se levante la voz para señalar el problema en su fase de gestación, cuando paradójicamente es más fácil de solucionar, típicamente se ignora.
Una crisis en formación es olímpicamente minimizada por la alta gerencia en función del exceso de estímulos y problemas que tienen a la mano. Lo urgente se come a lo importante. A una crisis pequeña se le deja crecer para entonces atenderla. Es curioso y paradójico.
La actividad y el tiempo giran alrededor de las prioridades operacionales y los típicos bomberazos. Y en este contexto es relativamente sencillo que los problemas con potencial de importantes sean relegados a actividades más urgentes.
Siguiendo la analogía médica: la medicina preventiva detecta y corrige a las crisis cuando son pequeñas, antes de que crezcan y se conviertan en enfermedades. Y algo más importante: la ausencia de enfermedades no necesariamente es un indicativo de buena salud.
Medidas “soft” no tradicionales, tales como: moral del equipo, satisfacción del cliente, misión articulada, valores compartidos, capacitación o capital intelectual, son variables esenciales.
La empresa orientada a la medicina preventiva continuamente se pregunta en qué está bien o mal. Esta es la empresa que siempre está inventando algo, aunque no todo funcione. Parte de su misión es la flexibilidad y la anticipación, así como las mejoras constantes aunque sean pequeñas, pero constantes.

MEDICINA CORRECTIVA.- Aunque existen ciertas disciplinas en la medicina donde por su naturaleza es difícil prevenir una enfermedad, como por ejemplo la neurología, la práctica fundamental de la medicina actual es corregir algo que ya llegó a su peor estado y se convirtió en enfermedad.
Hablemos de Pedro Pedroza. Tiene 45 años de edad, bebe en exageración, come pozole, arracheras o chicarrón diez veces por semana, desayuna todas las mañanas dos huevos rancheros con frijoles refritos bañados en aceite de puerco, fuma dos cajetillas de cigarros sin filtro al día, no hace nada de ejercicio y trabaja 14 horas diarias.
Ustedes dirán.
No se requiere ser médico para predecir que esta persona tiende a enfermarse tarde o temprano.
La secuencia será más o menos así: Pedro se empieza a sentir mal; duerme poco y le siguen los achaques. Una madrugada se siente morir y se lo llevan de emergencia al hospital. Ahí le diagnostican un infarto de menor grado y vienen las clásicas recomendaciones: coma bien, deje de fumar y beber, haga ejercicio, balancee su vida. Que novedad.
Con la empresa funciona igual. Los hábitos malos, que muchas veces ni siquiera se reconocen como tales, afectan eventualmente a la compañía en sus entrañas.
La inconsciencia y la falta de claridad en la identificación y diagnóstico de crisis potenciales se presentan frecuentemente por el enfoque operacional e interno, frente al enfoque estratégico y de mercado.
Como lo dice Jack Welch, el ex superlíder de General Electric, que critica la forma en que típicamente se establecen las prioridades en el corporativo: “los empleados tienen su cara apuntando al jefe (su superior) y el trasero al cliente”.
En la medicina correctiva caen medidas como la reestructuración, la reingeniería, el remate de “activos no estratégicos” y los “heróicos” recortes de gastos. Y luego para que pase algo así como hace algunos anos sucedió en Rusia debido a la crisis económica, Yelstin le pide a todo su gabinete su renuncia, claro, pero el se queda.

Hay ejecutivos que previenen crisis. Pueden ser discretos, introvertidos, cautos y conservadores.
Hay ejecutivos que solucionan crisis. Pueden ser flamantes, extrovertidos, dramáticos y audaces.
¿A quién le van?

"Tratemos de sanarlos, o al menos evitemos lastimarlos".
Hipócrates de Cos

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