martes, 23 de diciembre de 2008

LAS TRES MARRANITAS


Propósitos

Estamos a unas cuantas semanas de que nos pongamos a pensar en las resoluciones y propósitos para el año que empieza, seguramente todos tenemos mucho que pensar, y aspectos que mejorar. Realmente no basta con plantearse una meta para cumplirla, y no siempre los seres humanos hacemos lo que es mejor. En otras palabras, si resolver la vida consistiera en tan solo hacer una lista de las cosas que deseo cambiar, usted y yo tendríamos menos de la mitad de los problemas que actualmente nos aquejan.

La vida de las personas, la usted y la mía, esta regida por una serie de principios que asimilamos de nuestros padres, después adquirimos otros de las experiencias por las que atravesamos. Estos principios son nuestros paradigmas, son los programas que rigen nuestra forma de ver y actuar en el mundo, son estos principios los que nos hacen sentir que podemos controlar nuestras vidas. Llevar a cabo propósitos, es decir, cambiar las conductas es difícil por que lo que se necesita es modificar los principios.

Si yo me propongo realizar ejercicio físico todos los días, necesito organizar mi día diferente: levantarme mas temprano, o dejar de dedicarle una hora o dos a otras cosas como leer. Y para mi leer un par de horas en la noche, es mas que un simple hábito, es una costumbres que se basan en el principios que tengo que mantenerme actualizado a través de la lectura por que si no me siento obsoleto. Las acciones arraigadas muchas veces se encuentran fundamentadas en principios, por eso es que cuesta tanto trabajo cambiar los hábitos viejos por nuevos.

Además, hay que recordar que “la cabra siempre tira para el monte“, es decir, las personas siempre vamos a tender a actuar de manera que obtengamos mas satisfactores con menos esfuerzo. Y la única forma de romper con esta inercia es a través de la madurez emocional, la disciplina y el entendimiento de una regla clara que le escuche al padre de Enrique Silva, un buen amigo: “El hombre no vino al mundo a ser feliz, sino a cumplir con sus obligaciones”. Aunque algunos piensen que las obligaciones son mas bien hedónicas (placenteras), como es el caso de la historia de las tres marranitas que a continuación les voy a contar.

La historia

Eric de la Parra y Maria del Carmen Madero escribieron un libro titulado “Estrategia de Ventas y Negociación”, de la Editorial Panorama. En el texto utilizan mapas mentales y metáforas para ilustrar sus explicaciones. Una de las historias que mas disfrute por su comicidad y significado, fue la que trata sobre un granjero que deseaba que sus marranas tuvieran crías, por lo que procedió a subir a sus porcinos hembras a su camioneta, y llevarlas a otra granja, en donde por una cantidad determinada de dinero, tres machos les servirían de compañeros de apareamiento.

Al terminar con el proceso, el dueño de las marranas le pregunta al propietario de los cerdos: “¿Cómo puedo saber si mis marranas están preñadas?”. A lo que contesto: “Es muy fácil saberlo. Si se revuelcan sobre la hierba significa que están preñadas, y si se revuelcan sobre lodo es que no lo están”. Al día siguiente el granjero salió inmediatamente a revisar que estaban haciendo sus marranas, y encontró que yacían placidamente sobre el fango. De manera que volvió a llevarlas a la granja de los marranos a cumplir con el procedimiento de aparearlas.

A la mañana siguiente, el granjero volvió a revisar a sus marranas y las encontró mas que felices jugueteando en el lodo. Sin perder la esperanza, el dueño de las cochinitas las volvió a llevar a la granja para que se encontraran con los machos. Pero al día siguiente tuvo que salir muy temprano a la ciudad y desde allá le llamo a su esposa, para preguntarle: “¿Qué están haciendo las marranas, revolcándose sobre el lodo, o sobre la hierba? Su cónyuge un poco asombrada le contesto: “No están haciendo ni lo uno ni lo otro. Dos de ellas están en la parte de atrás de la camioneta, y la otra esta sonando el claxon, pareciera que están esperando a ver a que hora sales”.

Conclusión

Realizar cambios, verdaderas transformaciones estructurales, requiere cambiar los principios, y un principio inherente en los humanos es el del hedonismo (primero el placer y luego el deber). Y en todas las organizaciones siempre existirán “marranitas y marranitos” que primero piensan en sus beneficios, antes que en el de la institución que los contrato. A esto solo tengo que agregar una cosa: antes de formular un propósito o intentar llevar a cabo un cambio, hay que deshacernos de la mentalidad de marranito que existe adentro de la empresa.

A las marranitas de la historia realmente no les importaba cumplir con el propósito que deseaba el granjero, el que quedaran preñadas, ellas se la estaban pasando de lo lindo en cada sesión de apareamiento. Todos somos un poco como los marranitos, nos gusta hacer lo que nos place, aunque no siempre se cumpla el objetivo organizacional. Mas nos vale cambiar, por que si no podemos terminar convertidos en cueritos, carnitas o jamón.

“Los paradigmas siempre controlan a las acciones”.

“Si quieres vivir feliz, no te importe que te crean tonto.”
Seneca

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