No es cierto que la oportunidad llega sólo una vez. Mentira. Aparece muchas veces. El problema es ver las oportunidades, identificarlas y capitalizarlas (Carpe Diem es una frase latina que literalmente significa “Apodérate del Dia” o bien “Cosecha el Día”, o “Disfruta el Día”, la cual fue acuñada por el poeta romano Horacio (Odas, 11.8)
Una oportunidad tiene orígenes curiosos y diversos. Se puede presentar como resultado de un laborioso plan y después de mucho estudio y análisis o bien puede llegar como por arte de magia; como un accidente inexplicable o como una coincidencia de novela. Una oportunidad puede ser el premio al estudio y al trabajo, o un chispazo que aparenta venir de la nada.
La modelo Daniela Pestova (Guess, Victoria’s Secret) fue “descubierta” mientras hacía fila para comprar boletos del cine. Harrison Ford, alias Indiana Jones y estrella de Avión Presidencial fue primero un carpintero que fue descubierto mientras arreglaba la puerta de un estudio. Sean Connery, el original agente secreto 007 James Bond, era un atlético salvavidas. El afamado actor Dustin Hoffman era un simple lavaplatos. La guapa actriz Michelle Pfeiffer, sensual gatúbela en la película de Batman, fue en algún tiempo cajera de supermercado. Y el intenso de Al Pacino, famoso por películas como el Padrino era un sencillo mensajero.
Con las empresas puede pasar igual. Pongamos el caso de American Express. Empezó en 1890 como una compañía que transportaba cartas y pequeños paquetes en barco, ferrocarril y hasta en carrozas de caballo.
En la siguiente etapa American Express incursiona al manejo de órdenes de pago y cartas de crédito. Años más tarde, gracias a las dificultades que tuvo el director general para que se le hiciera efectiva una orden de pago al llegar a París, nacen los conocidos cheques de viajero.
Posteriormente, un rebelde ejecutivo internacional de apellido Dalliba, se toma la iniciativa de vender adicionalmente boletos de barco, de tren y de paseos turísticos. Esta integración de servicios, a la cual el corporativo se oponía firmemente, resultó ser un éxito rotundo.
Hoy a través de la exploración y la apertura a oportunidades, American Express, entre varias cosas, la agencia de viajes más grande del mundo. Si se está abierto, una cosa parece llevarte a otra.
Quizás uno de los aspectos más relevantes en la detección y capitalización de oportunidades son los directores de una compañía. Existen diversos tipos o perfiles de ejecutivos y su actitud frente a oportunidades. Edward de Bono, autor y creador del concepto de pensamiento lateral, esboza algunos de ellos y nos hemos permitido agregar y ampliar otros.
EL INDIFERENTE
Ni fu ni fa. Este ejecutivo no está orientado, ni le interesa la detección de oportunidades digamos que por naturaleza. Como este tipo de trabajo no se le exige, ni tiene que ver con su compensación, simplemente le vale.
Este personaje no entiende la conexión tan crucial que tiene el directivo con la innovación.
EL MlEDOSO
El miedo paraliza. A diferencia del anterior, el miedoso si tiene consciencia sobre las oportunidades pero el costo le parece demasiado alto.
Explorar oportunidades quita tiempo. Desgasta, y saca a la gente de su zona de confort. No puede y siente que ni debe, quitar su atención a las cosas que lo atañen el día de hoy. La tolerancia a la incertidumbre, elemento indispensable en la disciplina o el arte de detectar oportunidades, es casi nula en estos individuos o los jefes de ellos.
EL COMPLACIENTE
Este ejecutivo siente que ya está haciendo todo lo que debe hacer. Se dice a sí mismo que trabaja 10 horas diarias, que le entrega los mejores años de su vida a la empresa y asegura que siempre está abierto a oportunidades. Pero simplemente “estar abierto” no es suficiente, además que las oportunidades típicamente le llegan primero al que experimenta cierto grado de inconformidad e inquietud respecto al status quo.
EL BLOQUEDO
Las utilidades extraordinarias vienen de cosas extraordinarias. Pero primero hay que sacar adelante las ordinarias. Objetivos anuales, semestrales, trimestrales, mensuales, semanales, diarios. Cumplir con la operación tiene su mérito, siempre y cuando no se sacrifique el futuro.
Estar sobrestimulados, bombardeados y consumidos por el presente dificulta la detección de oportunidades. Ver una oportunidad requiere de un estado mental y de cierta actitud permanente hacia la innovación.
EL ATRAPADO
Al bloqueado le falta tiempo y está presionado por las metas de corto plazo, el atrapado es víctima de la cultura organizacional o de su jefe directo.
Un jefe o una cultura obsesionada por el hoy, acaba por atrapar a la empresa en el presente. Este es el tipo caso donde el futuro se sacrifica por el presente. Lo que ocurre es que la estructura atrapa al talento y lo arrastra, sin misericordia, al remolino de requerimientos operacionales y bomberazos. Este ambiente es excelente para la gente que carece de autodirección y creatividad, y por el contrario, este ambiente aniquila al espíritu de oportunidad en cierto tipo de personalidades.
Finalmente, quizás convenga reflexionar sobre los bloqueos conscientes o inconscientes hacia la oportunidad de nuestros ejecutivos y explorar la forma de promover el pensamiento creativo, la exploración y la cacería de oportunidades.
“Eviten perder algo que jamás podrán volver a recuperar: “El Tiempo”. El día de hoy no se volverá a repetir. Vivan intensamente cada instante. Lo que no significa alocadamente, sino mimando cada situación, escuchando a cada compañero, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro, examinándote de la asignatura fundamental: el Amor. Para que un día no lamentes haber malgastado egoístamente tu capacidad de amar y dar vida”...
John Keating
(Personaje interpretado por el actor Robin Williams en la PelicuLa ganadora del Oscar al mejor guion original en 1989 “La Sociedad de los Poetas Muertos”)
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