Lo que se gana al poner a un empleado en evidencia es miedo y estrés, pues el mismo empleado y sus compañeros vivirán con el temor de no errar o “cubrir sus fallas”. Esto, a largo plazo disminuye no sólo la productividad, sino la efectividad del talento humano.
Además, la falta de motivación reinará en la organización, pues se daña la autoestima y la confianza, valores que son indispensables para obtener todo el esfuerzo de los empleados.
Aprende a Gestionar El Error
Lo principal al gestionar un error es aprender a detectarlo. Para ello es importante rastrear cada una de sus pistas hasta dar con su causante. Ojo, la persona que cometió el error, no “el culpable”. Cuando se habla de causa y no de culpas la gestión del error se vuelve más sencilla, pues es la diferencia entre una y otra es el “castigo”.
Lo más importante para los fines empresariales no debe ser castigar, sino reducir a cero las fallas en la organización. Por ello, la pregunta clave en este aspecto es “¿cómo evitar que el error vuelva a suceder?”.
Al rastrear el error se identifica a la persona que lo cometió, pero no para castigar y denigrar públicamente. Las preguntas que se deben hacer en un inicio son: ¿quién reclutó a dicha persona para ocupar un puesto? y ¿quién encomendó dicha tarea a esa persona?
De esta forma es posible ir más allá del problema superficial, pues, en primera instancia, se detectaría vacío en el proceso de reclutamiento y selección. En segundo lugar, también se hará visible al gerente o supervisor sus problemas para delegar tareas.
Estos dos problemas, indican los expertos en management, son los que suceden con más frecuencia cuando en una empresa el personal comete frecuentemente errores de todo tipo. Así, las políticas sancionadoras sólo cubrirían con un velo problemas de fondo.
Cuando detectas la causa del error te es mucho más fácil decidir un curso de acción para minimizar su ocurrencia. La capacitación es, en la mayoría de los casos, la solución ideal para disminuir este problema. El coaching también puede ayudar en la superación de obstáculos, principalmente de índole personal.
Incluso, se puede considerar la creación de un nuevo cargo en la empresa que se encargue de la supervisión de alguna tarea.
No obstante, es importante recalcar que ninguna de estas soluciones considera la humillación pública como forma de solucionar un problema. Por el contrario, es una forma de gestionar una mejora continua y retomar un liderazgo que probablemente se había perdido.
Recuerda que una vez manejada una situación de este tipo es importante poner el error, la gestión del mismo y su solución en blanco y negro.
De esta forma reducirás la incidencia y ayudarás a resolverlo con mayor rapidez.
“La idea de que el triunfo corrompe a las personas haciéndolas vanidosas, egoístas y autocomplacientes es errónea: al contrario, las convierte, casi siempre, en humildes, tolerantes y amables. El fracaso hace a la gente amarga y cruel.”
William Somerset Maugham
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