Estrategia y Presición para Competir
Aun cuando reconozcan la importancia de la estrategia y se preocupen por encontrar la mejor, las empresas han descubierto que lo que cuenta, en realidad, es aplicarla de manera excelente y a gran velocidad. Dicho de otro modo, la calidad y la rapidez de la ejecución influyen decisivamente en la posibilidad de competir con éxito.
Las compañías que se esforzaron por concentrar sus iniciativas en las demandas de los clientes también han cosechado beneficios. Pero muchas veces se enfrentan a consumidores que no siempre pueden explicar qué productos o servicios los deleitarán; es más, tal vez ni siquiera lo sepan. Y la investigación tradicional, dicho sea de paso, está muy lejos de poder identificar deseos y necesidades latentes.
Afortunadamente, tienen a su disposición un arma de indudable valor: el diseño. Un concepto que, más allá de aludir a un arte creativo, una fase del desarrollo de producto o un conjunto de características funcionales, en el vocabulario de más y más empresas hoy define a la totalidad de actividades y capacidades que reúnen la información relevante, y la transforman en un nuevo producto o servicio.
En otras palabras, el diseño es entendido como una actividad central que confiere una ventaja competitiva porque saca a la luz el significado emocional que los productos y servicios tienen para los consumidores, y porque extrae todo el valor de ese tipo de conexiones.
De allí que las organizaciones inspiradas en el diseño —desde gigantes como Procter & Gamble y BMW, hasta pequeñas firmas que se distinguen por ser líderes en sus respectivos mercados— estén mejor equipa-das para recoger información a través de la observación cuidadosa e imaginativa, y para actuar con precisión y velocidad.
Principios parecidos aplican las empresas que diseñaron redes organizadas para compartir el conocimiento y las mejores prácticas con sus proveedores y socios de negocios. Uno de los mejores ejemplos es Toyota; de hecho, los especialistas sostienen que esa estrategia de la compañía explica su dinámica capacidad de aprendizaje, capaz de convertirse en una ventaja competitiva verdaderamente sustentable.
Finalmente, nunca está de más recordarles a los líderes que los mejores resultados se logran cuando la gente está emocionalmente comprometida con la empresa y siente genuino orgullo por lo que hace.
"El secreto de un negocio es que sepas algo que nadie mas sabe"
Aristoteles Onassis
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