Después de nadar en el polo norte, Lewis Pugh juró que nunca iba a nadar otra vez al agua fría. Luego, escuchó sobre el lago Imja en el monte Everest — una masa de agua a una altitud de 5.300 metros, formado completamente por aguas del reciente deshielo glacial — y empezó un viaje que le enseñaría un enfoque radicalmente nuevo en su forma de pensar y actuar.
En el testimonio de Lewis Pugh podemos apreciar que los logros pasados no nos garantizan éxitos futuros.
Un desafío en este sentido es nuestra tendencia a proyectar linealmente el futuro a partir del pasado. Escucho de muchos exitosos cosas como… Si hasta ahora no me fue nada mal, ¿por qué cambiar?…“.
Todo el tiempo podemos revisar lo conocido, y preguntarnos (como sugiere Lewis Pugh): ¿Qué mentalidad necesito para tomar este desafío?. Replantear lo preestablecido, y seguir aprendiendo: ¿Puedo mejorar lo que estoy haciendo, puedo superar lo hecho hasta aquí?
Nuestros modelos mentales (o nuestra mentalidad, como dice Lewis) son los que nos pueden obturar, o sesgar, o robar nuestra posibilidad de alcanzar metas superadoras: “yo siempre lo hice así”, “en esta compañía los éxitos no se cuestionan”, “somos los primeros del mercado y nadie nos superará”, “somos brenchmarket, ¡sigamos así!”
Coincido: La humildad y el compromiso nos impulsarán hacia nuestro objetivo.
“Solo existen dos palancas que mueven a los hombres: el miedo y el interés.”
Napoleon
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