El ejecutivo de hoy en dia duerme de tres a cuatro horas, come (en infinidad de ocasiones) en el automóvil durante los recesos de los señalamientos de transito (semáforos) en camino hacia una próxima reunión, esta en la reunión escuchando atentamente asi como respondiendo mensajes en su Smartphone, sin mencionar que interactua de manera simultanea con su laptop respondiendo correos, coordinado reuniones y resolviendo asuntos que requieren la participación o ejecución de una tarea, esto sin mencionar las reuniones mensuales, trimestrales, anuales y de consejo …………………...Esto lo menciono porque el ejecutivo de hoy en dia “vive en una realidad” que “desea dejar de lado” la parte espiritual lo que realmente nos hace sentir plenos, esa parte queda de lado, no se satisface……….porque? porque no hay tiempo…………..o mas bien “No Tenemos El Tiempo para Cumplir con La Persona Mas Importante………Nosotros Mismos” Esto nos lleva a una reflexión en la cual todos los que hemos “vivido” la realidad antes mencionada nos hemos preguntado si realmente eso es lo que queremos y deseamos en la vida ………..Que? Vivir a Medias?………………..
Fue publicado en Febrero del 2006 (Aunque debo de confesar que lo lei hasta el 2008) Un libro que trata sobre lo que ocurre cuando decidimos ser artífices de nuestra propia felicidad, de palabras de la autora Elizabeth Gilbert menciona lo siguiente: “A Mi No Me Salvo Ningun Principe; De Mi Rescate Me Ocupe Yo Sola.”
Al dia de hoy ha sido Traducido a 20 idiomas, su tiulo: Comer,Rezar,Amar el cual permanece en las listas de más vendidos desde su publicación, en Febrero de 2006. Ha sido elegido uno de los “100 mejores libros de 2006” por el New York Times y uno de los 10 mejores libros de no ficción también de 2006 por el Entertainment Weekly.
Paramount Pictures adquirió los derechos para la película, que estará protagonizada por Julia Roberts y producida por Brad Pitt, la cual será estrenada el próximo mes de Septiembre (2010) (Aunque les recomiendo que primero leen el libro, ustedes saben como se las gastan las proyecciones de Hollywood donde se pierde la escencia de la historia, por lo tanto no hay nada como el libro.)
Comer, Rezar, Amar es el relato autobiográfico en clave narrativa de su viaje a Italia,India y Bali.
A los treinta y un años y con una vida aparentemente perfecta, Elizabeth Gilbert se traslada con su marido a las afueras de Nueva York y decide intentar tener un hijo, sólo para darse cuenta de que no quería ni un hijo ni un marido Ya no quiero estar casada. No quiero vivir en esta casa tan grande. No quiero tener un hijo.
Pero lo normal era querer tener un hijo. Tenía treinta y un años. Mi marido y yo —que llevábamos ocho años juntos, seis casados—, habíamos basado nuestra vida en la idea compartida de que a los treinta seríamos los dos unos vejestorios y yo querría sentar la cabeza y tener hijos. Para entonces, pensábamos, me habría hartado de viajar y estaría encantada de vivir en una casa enorme con mucho ajetreo, niños, colchas hechas a mano, un jardín en la parte de atrás y un buen guiso borboteando en la cocina. (…) Pero descubrí —y me quedé atónita— que yo no quería lo mismo que el.
En mi caso, al rebasar la veintena y ver que los TREINTA se acercaban como una pena de muerte, me di cuenta de que no quería quedarme embarazada. Estaba convencida de que me iban a entrar ganas de tener un hijo, pero nada. Y sé lo que es empeñarse en algo, creeme. Sé bien lo que es tener una necesidad de hacer una cosa. Pero yo no la tenía. Es más, no hacía más que pensar en lo que me había dicho mi hermana un buen día, mientras daba el pecho a su primer retoño: “Tener un hijo es como hacerse un tatuaje en la cara. Antes de hacerlo, tienes que tenerlo muy claro”.
Así pues llega el divorcio y con él una grave crisis emocional y espiritual agravada por una relación amorosa para la que no está preparada y que es fuente de más sufrimiento.
En lugar de rendirse, Elizabeth Gilbert decide empezar de nuevo y emprende un largo viaje que la llevará sucesivamente a Italia, la India e Indonesia, tres escalas geográficas que se corresponden con otras tantas etapas de búsqueda interior. “"Quería explorar tres cosas sobre mí en países tradicionalmente expertos en cada una de ellas, explica la autora, "el arte del placer en Italia, el arte de la devoción de la India y, en Indonesia, el arte de combinar los dos. Así que abandoné la idea de elegir un país ―¿Italia? ¿India?¿O Indonesia?― y acabé aceptando que quería ir a los tres. Cuatro meses en cada uno.
Un año en total. Por supuesto, se trataba de un deseo ligeramente más ambicioso que el de “Quiero comprarme una caja de lápices”. Pero era lo que yo quería. Y sabía que quería escribir sobre ello.
No era tanto querer explorar detenidamente esos países,
porque eso ya se ha hecho. Era más bien querer explorar detenidamente un aspecto de mí misma con el telón de fondo de cada país en cuestión, donde esa tradición concreta sea algo bien arraigado. Quería explorar el arte del placer en Italia, el arte de la devoción en India y, en Indonesia, el arte de equilibrar ambas. Fue después, tras admitir que tenía ese deseo, cuando descubrí la feliz casualidad de que todos estos países empiezan por la letra I. Un indicio bastante halagüeño, me parecía a mí, para un viaje interior.
Este libro es la bitácora de esa doble travesía, en la que la autora descubrirá el placer sensual de la buena mesa y la buena conversación (la dolce vita romana),
Día tras día, voy engordando, por supuesto. Aquí en Italia le estoy haciendo cosas tremendas a mi cuerpo, como tomar cantidades monumentales de queso y pasta y pan y vino y chocolate y masa de pizza. […] No estoy haciendo nada de ejercicio, no estoy tomando suficiente fibra, ni vitaminas de ningún tipo. En mi vida real, era de las que desayunaba yogur orgánico de leche de cabra espolvoreado con germen de trigo. Ya no queda nada de aquellos viejos tiempos. Sé que, allá en Estados Unidos, mi amiga Susan va diciendo a la gente que estoy haciendo el típico viaje de una “mujer light reciclada”. Pero la verdad es que mi cuerpo se está tomando muy bien todo el asunto. Haciendo caso omiso de mis deslices y vilezas, parece decirme: “Vale, tía,a vivir, que son dos días. Ya sé que esto es transitorio. Tú avísame cuando acabes de hacer experimentos con el placer y ya veré cómo arreglo los desperfectos”.
El caso es que al mirarme en el espejo de la mejor pizzería de Nápoles, veo una cara alegre y sana, de piel tersa y ojos relucientes. Hacía mucho tiempo que no me veía esa cara.
―Gracias ―susurro.
Llegué a Italia consumida y enclenque. Entonces no sabía lo que me merecía. Puede que aún no sepa bien lo que me merezco. Pero sí sé que en los últimos tiempos me he reconstruido a mí misma ―disfrutando de placeres inofensivos― y que hoy soy una persona mucho más pura. Para explicarlo, lo más sencillo y entendible es decir: He engordado. Ahora existo más que hace cuatro meses. Me voy de Italia abultando mucho más que cuando vine. Y me voy con la esperanza de que esa expansión de una persona ―esa magnificación de una vida― sea un acto meritorio en este mundo. Pese a que esa vida, por primera vez y sin que sirva de precedente, no le pertenece a nadie más que a mí.
… la paz interior alcanzada mediante la meditación en Bombay
Me quedé ahí tumbada, en lo alto del mundo, totalmente sola. Empecé a meditar y esperé a recibir instrucciones sobre lo que tenía que hacer.]…] ¿Qué quería que me perdonaran? Pues podía empezar perdonando yo. En ese mismo momento. Pensé en la cantidad de personas que se mueren sin haber recibido perdón ni haber perdonado. Pensé en la cantidad de personas que han perdido hermanos, amigos, hijos o amantes de haber podido decir o escuchar esas preciosas palabras de clemencia o absolución. ¿Cómo consiguen los supervivientes de una relación soportar el sufrimiento de un asunto inacabado? Desde aquel lugar dedicado a la meditación, hallé la respuesta. Puedes acabar el asunto tú mismo, desde dentro de ti. No sólo es posible, sino que es esencial.
Y, por fin, el deseado equilibrio entre cuerpo y espíritu en Bali:
Y ahora vuelvo a la isla de Gili Meno, en unas circunstancias totalmente distintas.
Desde la última vez que estuve aquí he dado la vuelta al mundo, solucionado el asunto de mi divorcio, superado la separación de David, eliminado de mi organismo los fármacos neurológicos, aprendido un idioma, vivido en India la experiencia inolvidable de sentarme en la mano de Dios, estudiado las enseñanzas de un curandero indonesio y comprado una casa a una familia que necesitaba desesperadamente un lugar donde vivir. Soy feliz, tengo salud y he hallado el equilibrio. Y, por si fuera poco, voy en barco con mi amante brasileño a una hermosa isla tropical perdida en los mares. ¡Un final ―tengo que admitirlo― tan de cuento de hadas que es casi ridículo, como el sueño de toda ama de casa, o algo así. (Puede que hasta sea una página de uno de mis sueños de hace años.)
Pero si no me pierdo totalmente en el relumbrón de un cuento de hadas es gracias a esta sólida verdad, una verdad que me ha dosificado los huesos durante los últimos años: a mí no me ha salvado ningún príncipe; de mi rescate me he encargado yo sola.
A Continuacion una conferencia ofrecida por la autora del "best seller" Comer, Rezar, Amar Elizabeth Gilbert donde reflexiona sobre las cosas imposibles que esperamos de artistas y genios -- y comparte la radical idea de que, en vez de que una persona "sea" un genio, todos "tenemos" un genio. Una charla divertida, personal y sorprendentemente conmovedora.
“El Mundo Te Exige Resultados. No Le Cuentes a Otros Tus Dolores de Parto…..Muestrales al Niño.”
Indira Gandhi