lunes, 9 de agosto de 2010

CAPERUCITA ROJA


El Lobo Feroz llegó al bosque a las 9 de la mañana, como cada día. Bostezó y se dispuso a cazar alguna presa, como era su costumbre, como era su naturaleza.


Mientras esperaba le vinieron a la cabeza los tiempos en que no cazaba solo, sino que cazaba en manada. Sí… eran buenos tiempos: poder correr por los bosques en compañía, ayudar y ser ayudado cuando se necesitaba, aullar la luna llena como salvaje orquesta. Sin embargo, a veces, el resto de sus congéneres le sacaban de sus casillas. No eran cosas importantes, lo sabía, pero le provocaban una cólera, una ira que, al final, le generó el apodo de el Feroz. Y no solo eso, finalmente, al no poder reprimir su mal genio fue expulsado de la manada.


Al principio le dio igual: seguía siendo un poderoso y experto cazador. Encontraba sus presas con la misma maestría con que lo hacía cuando contaba con la ayuda de su manada. Tan habilidoso y despiadado que empezó a alterar parte de sus costumbres. Ya no variaba tanto sus territorios de caza (“¿para qué voy a moverme tanto? Aquí, en mi parcela de bosque, tengo presas suficientes…”).


Al no desplazarse, al no correr tanto, nuestro Lobo Feroz comenzó a aumentar su grasa corporal (además no había nadie que le avisara de los negativos cambios que se estaban operando en su fisionomía). Por si fuera poco, la sombra de la soledad le aconsejaba mal. Como no tenía amigos, decidió aumentar el número de enemigos. “Ya que no me aman, que me odien”. El Lobo Feroz usaba su ferocidad para molestar a los animales de los que no se podía alimentar. Estos, comenzaron a avisar de la presencia del Lobo Feroz a sus presas potenciales.


El Lobo se desperezó de nuevo. De repente, vio una pequeña sombra roja a lo lejos. Todos sus sentidos se pusieron alerta. Era una niña. Se relamió: presa fácil, no tendría que correr mucho. Se acercó lentamente y, cuando estaba a punto de saltar sobre ella, la niña, Caperucita (previamente avisada por una ardilla amiga) sacó una pistola de su cestita, apuntó al sorprendido Lobo y le disparó, causándole fiera muerte.


Ya sé que el cuento ha cambiado. Présteme su complicidad. Pero ¿qué cuento, qué realidad, no ha cambiado mucho en los últimos tiempos? Sin embargo el relato nos deja algunas reflexiones que podemos utilizar (válidas tanto para nuestro desarrollo profesional como para dirigir nuestras instituciones):
  • El Lobo Feroz No Supo Trabajar En Equipo. Se convirtió en cazador vulnerable por su soledad. No tenia quien le ayudara, quien le dijera la verdad. Lejos de buscar nuevas aliados, se ganó innecesariamente nuevos enemigos.

  • El Lobo Se Convirtió En Predecible, Siempre Acechando En Los Mismos Parajes. Cuando hacemos siempre lo mismo, de la misma manera, damos información clara y precisa de como ser batidos. La rutina, por otra parte, debilita músculos, espíritus y mentes.

  • El Lobo Engordó. Perdió Reflejos y Velocidad. Exactamente lo más necesario en éste siglo XXI.
¿Predecible? ¿Exceso de confianza? ¿Con unos kilos de grasa empresarial de más? ¿Solitario por ser incapaz de escuchar y ser escuchado? Mire a su alrededor. Encontrará profesionales o empresas con esas características. Que tengan cuidado. O serán fulminados por Caperucita. 


Caperucita, de menor tamaño pero más ágil, mas despierta, mejor relacionada.







“Es Mas Facil Ridiculizar Una Sublime Accion Que Imitarla.”

Jose Ingenieros

EL FUTURO FUE AYER


Dejar de fumar. Hacer tal o cual curso. Volver a hacer deporte. Decirle a tus padres cuanto les quieres antes de que sea tarde. Atreverse a presentar tal o cual proyecto. Denunciar la situación que es injusta. Hacer ese viaje soñado. Montar ese negocio que es la solución de tantos sueños. Escribirle, aunque no seas poeta, esa poesía a tu mujer (o tu marido). Mirarle a los ojos a la vida, en definitiva.


Todos los días nos levantamos llenos de buenos propósitos. Casi todos los días nos acostamos frustrados por no haber llevado a cabo siquiera una pequeña parte de los mismos. Y al mismo tiempo admiramos aquellos que si han podido cumplir con una parte importante de sus expectativas. Pero si contemplamos a estas personas, sin prejuicios pero sin desorbitadas admiraciones, nos daremos cuenta de que en realidad no son tan diferentes a nosotros. Que su inteligencia, preparación o capacidad de trabajo no es muy superior a la nuestra. No obstante, ellos parecen estar como tocados por mágica varita mientras que nosotros tenemos la sensación de que si viene el hada madrina nos tocará más bien con un ladrillo.


¿Dónde esta la diferencia? Efectivamente, algunas personas confían sus deseos a sucesos vinculados al mañana. Sucesos que no manejamos y que muchas veces ni siquiera sabemos como se van a producir. Me va a tocar la lotería, se va a ir mi jefe y me van a promocionar, mis hijos se darán cuenta de mis esfuerzos y me volverán a hacer caso, me jubilaré y tendré el tiempo para aprender a jugar al golf. Mañana. Mañana…


Otras personas, no. Ellas deciden pasar a la acción. Para ellas, el futuro fue ayer, cuando dieron el primer paso. Y ello no significa que dar el primer paso sea garantía de llegar a la meta. No. Ni para ellos ni para nadie. Solo significa que ya estas mas cerca, que estás en acción, que te haces más fuerte porque lo estas intentando y nadie podrá acusarte de que no los has hecho. Sobre todo la persona a la que debes respetar más, tu mismo.


Se trata, pues, de invertir en la construcción de tu futuro. Pasando a la acción. Eliminando los impedimentos que nos impiden avanzar. Reconociendo que no lo hacemos por pereza sino por miedo al fracaso. Teniendo la sabiduría para convencernos de que perdemos mas cuando no lo intentamos que cuando no lo conseguimos. Con el único limite de la Prudencia y siempre que esta no estrangule a su prima lejana, la Iniciativa. Y dirigiendo la energía que antes dedicábamos a las excusas a aplicarla a la acción.


Me dijo una vez un amigo que no jugaba a la lotería ni a las quinielas ni a cualquier otro juego de azar porque no quiere delegar en la fortuna su éxito económico. Creo que se trata de una forma inteligente de promover que solo sean tu esfuerzo y dedicación las únicas fuentes de prosperidad profesional. Aquí solo caben ejercicios de voluntad, entendiendo esta como un caudal infinito de energía que solo depende de nosotros. Y no como muchos otros condicionantes que si nos vienen dados: patrimonio familiar (que determina, en gran parte, nuestra educación y entorno cultural), cualidades físicas o intelectuales, …


La  voluntad se convierte así en el mayor factor igualador de la especie humana. Siempre se podrá decir que no todos nacemos con la misma capacidad de pasar a la acción, de ejercer la voluntad. Puede que sea cierto, pero aunque sea así yo creo que la capacidad de ponerla en marcha es siempre tuya. SOLO TUYA. Siempre. Sin Excusas. ¿Cuándo Deseas Que Empiece Tu Futuro?


“Pon Tus Palabras En Accion, Y No Permitas Que Tu Lengua Diga Torpezas.”


Ralph Waldo Emerson 

LA PELIGROSA DIETA DE LAS ORGANIZACIONES



Despidos. Única receta que se nos ocurre cuando las cosas van mal, (“Soluciones de Contador”.)


Organizaciones que piensan que el despido equivale a reducir grasa para tener un cuerpo más saludable.


Cuando se despide gente, sin tener ahora en cuenta el drama personal y familiar que supone para cada una de las personas, estamos expulsando de nuestra organizacion energía, ideas, ilusión, fuerza de trabajo… Despedir equivale a reducir músculo en un deportista de élite. 


Despedir equivale a que todas las organizaciones van a dañar su cuenta de resultados porque cada vez hay menos consumidores (hay menos personas con nómina) dispuestos a comprar sus productos o servicios.


Pero, a veces, es necesario. No lo dudo. Ahora bien, creo que el “Dietista” que aconseja los despidos normalmente está equivocado. Creo sinceramente que debería haber “Dietistas de Organizaciones” que realmente ayudaran a las instituciones a tener mejor salud sin tener que acudir de vez en cuando a dietas que atacan el músculo.

Estos Dietistas Aconsejarían Lo Siguiente:

1) Mantenga A Su Organizacion Siempre Delgada.- ¿Qué Funciones Son Innecesarias? ¿Qué Tareas No Tienen Sentido? ¿Usted Sabe Que Es Lo Que Hace Realmente Su Gente? ¿Todo Lo Que Se Hace Está Encaminado A Tener Un Mejor Producto y A Tener Más Satisfecho A Su Cliente? Una Organizacion Bien Orientada Tenderá a Prescindir De Forma Natural, y No Quirúrgica, De La Grasa. Adelántese, y no adquiera nada que luego tenga que prescindir.

2) Mantenga A Su Organizacion Siempre Activa.- Alimentada Por La Pasión De Ganar, De Ser Mejor, De Ser Más. En tiempos de crisis, Apple está teniendo beneficios récord. Sus profesionales  no sienten la crisis porque sus dirigentes hicieron igualmente bien su trabajo cuando los tiempos eran boyantes. Recuerde, La Actividad Es Siempre Mejor Que La Dieta.

3) No Se Fíe De Las Dietas Mágicas. Es Mejor Gestionar Los Buenos Hábitos. Sus Valores, Sus Creencias. Prescinda Antes De Los Hábitos Erróneos Que De Las Personas Que Los Padecen.

Los despidos suponen una peligrosa dieta para las organizaciones.

Quizá no sea demasiado tarde para rectificar.



“Yo No Recibo El Impulso, Lo Doy.”

Tomas Cipriano

RICO, MUY RICO


Cada día, cuando abres los ojos al despertar, eres varios millones de pesos o dólares o euros más rico. Está bien. Sin duda, te lo mereces. Has trabajado muy duro para conseguirlo. Has creado un modelo de empresa original, casi fascinante. Siendo muy consciente de tus debilidades, que ya es mérito, te has rodeado de los mejores profesionales. Además, has sido capaz de crear una cultura que consigue que tus profesionales sean mucho mejores que cuando los contrataste. Por todo ello, más esa dosis de suerte que tienen (y merecen) los grandes empresarios, eres una de las personas mas ricas de tu país, quizás del mundo.


Pero… (siempre hay un pero, ¿verdad?) mi admiración por ti no sobrepasa un centímetro el terreno profesional. Quienes te conocen bien podrían opinar, de hecho, que como empresario eres un diez pero como persona eres…menos que diez. Quizás ser un genio empresarial haya extraído de tu personalidad todos los valores y principios positivos. Puede que los residuos de tu actuación empresarial se hayan ido depositando en tu esfera personal. Y que, por todo ello, no seas capaz de ver que tienes una responsabilidad.


Mira a tu alrededor, sólo por un segundo. Mas allá de las paredes imaginarias de tu organizacion y tu patrimonio. Si fueras una gran persona, y no solo un excepcional empresario, verías que hay millones de personas que te necesitan: personas que pasan hambre, que sufren injusticias, que conviven con el dolor y la desgracia. Verías un planeta que esta en riesgo, atacado,.. Verías enfermedades que están por curar, tecnologías por desarrollar que podrían hacer que este mundo fuese mejor.
Puede ser que me contestaras, otra vez, diciendo que hay políticos, científicos que deberían hacerse cargo de ello. 


Que tu tienes bastante con gestionar tu empresa. Tendrías, sin duda, bastante razón. Pero olvidarías que tu fortuna no viene de la nada. Cada pero, dólar o euro, cada céntimo de ese dinero (que no podrías gastar ni en un millón de vidas) proviene de la misma sociedad que podría beneficiarse de tu generosidad. De tu humanidad.


También podrías decir que cumples tu parte de bien social creando puestos de trabajo, creando riqueza. Pero también olvidarías que creas exactamente el número de puestos de trabajo que necesitas para ganar cada vez más dinero (lo cual es legítimo, por supuesto). Y también que por cada puesto que has creado has destruido, al menos, otro en la competencia. Es el mercado y este tiene leyes que no vamos a discutir. Pero ahora no estamos hablando de dinero, sino de algo muy diferente.


Ha habido magníficos empresarios que se dieron cuenta de ello. Que no solo han ocupado un lugar de relevancia en la vida empresarial. Ahora también ocupan un puesto en la historia al hacer que la Humanidad se beneficie de su generosidad: Carnegie (que donó más del 75% de su fortuna fundando librerías públicas), Buffet, Soros y hasta el mismo Bill Gates. (Ya se que ninguno de ellos es perfecto, pero prefiero medir las obras presentes que las pasadas).


A ti me dirijo. No sé quién eres o como te llamas (por ahora). Eres un empresario o un profesional de éxito. Has demostrado ser muy capaz en un ámbito de tu vida. Sería maravilloso que utilizaras tus capacidades y tus recursos para que este mundo sea mejor. Todos te lo agradeceríamos. Tus clientes, también.


Si lees esto ya se que probablemente no harás nada por conseguir nuestra admiración. Pero quizá lo hagas por esos millones de personas a las que podrías ayudar. 


Quizá cuando te vayas lo harás con la doble satisfacción de ser un gran empresario y ser una gran persona.


Quizás, en ese momento, no se oirá decir de ti: Era Tan Rico Que Solo Tenía Dinero.




“Lo Que Ahora Se Considera Realizado, Antes Fue Producto De Una Ilusion.”


William Blake

COMPRO TU VIDA


Cuando trabajamos estamos vendiendo nuestra fuerza bruta, nuestra habilidad, nuestro conocimiento o nuestro tiempo. Sobre todo, lo más valioso, el tiempo. Las organizaciones y los trabajadores no han llegado todavía, en la mayor parte de los casos, a llegar acuerdos para comprar y vender resultados (eso se deja a los free-lances o autónomos).


La nómina es, hoy, sinónimo de presencia o disponibilidad. La desconfianza implícita que existe en tan abundante cantidad en las relaciones laborales conlleva a que las organizaciones están dispuestas a sacrificar unos mejores resultados con tal de tener controlados a sus profesionales. Esta práctica lleva, en muchas ocasiones, a perversiones crueles del sistema: directivos y organizaciones que piensan que pagar un salario significa comprar la vida privada de sus profesionales, a través de horarios estúpidamente alargados, disponibilidad absoluta los fines de semana o las vacaciones, viajes innecesarios, etc. En estas situaciones, los resultados es lo de menos. Prima la sensación de que satisface más comprar las vidas de los profesionales que obtener mejores resultados.


Situación que se está agravando últimamente de forma ventajista: “No puedes quejarte. No puedes irte (tal como está el mercado laboral). No tienes más opción que aguantar el abuso”. Mañana, estas mismas organizaciones se volverán locas buscando soluciones para motivar o mitigar las tasas de rotación. Cuando la solución es muy sencilla: respeta a tu gente, cuando las cosas van bien. Pero especialmente cuando las cosas van mal.


Creo firmemente en el trabajo duro (uno de los factores que diferencia finalmente las organizaciones exitosas de las que no lo son.) Estoy en contra de los artificiosos programas de conciliación vida laboral y familiar (vistosos lazos que se ponen en cajas vacías). Simplemente estoy a favor de establecer relaciones basadas en el mutuo respeto y en el mutuo compromiso. Relaciones que, normalmente, conseguirán unos mejores resultados. Simplemente, no tratemos a nuestra gente peor de cómo trataríamos al mejor de nuestros clientes. No Nos Arrepentiremos.





“Mirada de Cerca, La Vida Es Una Tragedia, Pero Vista de Lejos, Parece Una Comedia.”


Charles Chaplin

ASESINOS EN SERIO


Tanto el éxito de las organizaciones como nuestro propio éxito como profesionales va a depender en gran medida de los siguientes factores: hacer cosas diferentes, hacer más cosas que los demás o hacerlas mejor. Para conseguir nuestros fines disponemos de herramientas que nos hacen ser más eficientes y eficaces. Algunas de ellas son las reuniones, el correo electrónico y el teléfono.


¿Estamos seguros que estas herramientas nos hacen mejores? Por supuesto que no. En infinidad de ocasiones se han convertido en serios asesinos de nuestra eficiencia, de nuestra creatividad, de nuestro tiempo productivo y hasta del tiempo dedicado a nuestra vida personal.


¿Cuántos correos recibe al día? ¿Cuántos de ellos son realmente necesarios para que usted pueda hacer bien su trabajo? ¿Cuántos de ellos sirven para algo más allá de hacerle perder el tiempo? ¿A cuántas reuniones asiste? ¿Qué porcentaje de ellas son realmente útiles?
Seamos sinceros: las reuniones muchas veces son excusas para quién no sabe que hacer con su tiempo. 


Los correos electrónicos son excusa en tantas ocasiones para aquellos que no saben asumir su responsabilidad (yo eliminaría de los correos la opción Cc “con copia”). El teléfono es utilizado con frecuencia en el ámbito profesional para comentar el último chascarrillo o el partido de la jornada.


Asumamos de una vez que Mexico se encuentra sumamente  rezagado en términos de productividad. Asumamos que si todas las organizaciones tomaran medidas para incrementar nuestra eficiencia un 20% es muy probable que no sería necesario acudir a la vía de los despidos, tragedias individuales que tienen un efecto devastador en la economía del país y de las organizaciones.


Tambien es importante asumir que el tiempo que dedicamos a nuestras organizaciones es pagado por nuestros clientes. Éstos no estarían muy contentos al ver cómo se emplea su dinero en correos, reuniones y llamadas telefónicas inútiles. Hábitos que se han convertido en asesinos en serio de buenos hábitos, de buenas prácticas.


Cambiarlo es muy fácil. Si tenemos esa voluntad, claro.



“Solo Viven Aquellos Que Luchan.”

Victor Hugo

ZOMBIES


Durante casi 5 años colabore con una organización que entre otras cosas son un negocio familiar, donde los dueños son excelentes personas pero por desgracia “Delegaron El Negocio” a “Un Amigo” y a Partir de aquí esto se convirtió en un Autentico “Club de Amigos” “El Asesor Amigo de Los Dueños” Que Estos (Dueños) En Aras de Encontrar “Un Rumbo Claro y Preciso” Se Encuentran Con “Amistades” Que Solamente Ven Su Beneficio Personal , Tanto Que Los Posesionan Como Ejecutivos de Primer Nivel, (Director de Finanzas), Además  de Estos Contar Con Su Despacho de “Auditores” “El Amigo Vendia El Servicio de Auditoria Externa”  “Donde El Mismo Era “Juez y Parte” “Su Jefe Por Ambas Partes” Por La Parte de La Organización Era El “Flamante Director De Finanzas” y Por Su Despacho de Auditoria Es “El Dueño”…………Esta Por Demas Mencionar Que Jamas Encontraban Alguna Anomalia……………………………Esto Aquí En Mexico y En El Mundo Se Denomina “Conflicto de Intereses” 


Ademas de No Ser Profesionales Nunca Se Preocuparon Por Los Resultados, (Por desgracia podía mas la amistad con los dueños que el resultado que pudieran ofrecer, “Vendia Recursos Sumamente Caros y Proporicionaba Recursos Baratos"………….Sin La Experiencia Para “Verdaderamente Marcar Diferencias Sustentables” y Quien Ofreciera Algo de Resistencia Se Le Despedia Sin Ningun Tipo de Miramientos……………….La Organización Parecia Una Pelicula de Zombies, Nadie Decia o Hacia Nada Que Atentara Con La Estabilidad del Flamante “Director de Finanzas” ya que de lo contrario seria despedido.


Por lo tanto la oficina central (Corporativo), parecía contar con un ejercito de zombies que parecía haber invadido el corporativo entero. Los muertos vivientes se han apoderado de la organizacion y es demasiado tarde para evitarlo.


Lo peor es que todo empezó desde la llegada del “Asesor” ya que en el pasado no habia zombies: El Personal de La Organizaacion estaba bien orientado. Los administradores habían comunicado de forma entusiasta los retos que la organizacion pretendía conseguir. Los profesionales estában razonablemente bien pagados y los directivos sentían que debían tener un trato cordial pero exigente al mismo tiempo. Sin embargo, un día… Un día pasó algo que lo cambiaría todo: La Dirección Decidió Sustituir Al Director de Un Departamento por Otro. (“Club de Amigos” El Flamante Director de Finanzas”) El primero no estaba alcanzando un nivel mínimo de resultados. (Por supuesto sugerencia del “amigo de los dueños”) Para Posteriormente Ocupar su Lugar.

 Mientras tanto el personal “Sin Un Rumbo Claro”, Sin  Motivación Alguna, empezó a experimentar cambios importantes en su fisionomía. La forma de andar del personal empezó a ser cada vez más lenta, los hombros caían paulatinamente, verdes espumarajos colgaban de la boca. Y empezó a gruñir, no de forma muy perceptible, pero si de forma continua.


Su mutación en zombies al principio causó una cierta gracia. Como se movían de forma muy lenta y torpe por los pasillos (Esta era la principal actividad del personal), era muy fácil percibir estos “sintomas”.


A partir de ahí, todo fue mucho más sencillo ya que aunado a toda la serie de “Situaciones Anomalas” gracias al “Club de Amigos” se adiciono los descontentos por el salario, por los viajes, por las jornadas intensivas,por los jefes, por el recorte de gastos, etc.…


La dirección no reaccionó. (Ni Le Importo) No fue capaz de darse cuenta que cada persona era capaz de contaminar a compañeros, departamentos e incluso direcciones enteras………….Los directivos pensaron que era un tema sin importancia. Los veían pasar desde sus despachos pero no los distinguían de los empleados que no eran muertos vivientes, de lo ocupados que estaban. Hasta decidieron poner en marcha una encuesta de satisfacción de los empleados, cuyos resultados no fueron tan malos (Claro, los zombies vulneraron dichas encuestas a su favor.).


Los zombies llegaron a la planta de dirección: allí todo les resultó más sencillo. Identificaron y Aprovecharon a un directivo que se encontraba insatisfecho porque no le habían dado el automóvil de empresa del color que él quería y como los directivos no salen mucho de sus despachos, fue fácil arrinconarlos. Los profesionales que no habían sido afectados por el virus que transmiten los mordiscos de los zombies (llamado “D3Sm0T1vAC10N”) sufrían una persecución cada vez más feroz. Seguían haciendo su trabajo pero era cada vez más difícil huir de tanta crítica, tanta queja, tanta actitud negativa.


Desde entonces, a pesar del dramático llamamiento del profesional que nos dejó su último testimonio, otras organizaciones han ido sucumbiendo en las garras de los muertos vivientes. Quizá toda la sociedad lo haga si no lo evitamos. Depende de querer seguir estando vivos. De identificar los problemas: de resolverlos de forma inmediata cuando sea posible o de extirparlos cuando no lo sea. De tomar decisiones. De comunicar y comprometer. 


De identificar las dinámicas y personas que contagian de forma negativa a nuestros profesionales. ¿Va a dejar que “los club de amigos” y  "zombies" se apoderen de tu organizacion?




“La Vida Es Aquello Que te Va Sucediendo Mientras Tu Te Empeñas En Hacer Otros Planes.


John Lennon

MILLONES DE RAZONES



Abres un periódico. Enciendes la televisión. Recibes una llamada. Tomas un café con alguien. Siempre el mismo resultado, la misma sensación. Eres fuente, foco y destino de frustraciones, presión, mal rollo. La economía, la política, tu organizacion, tu carrera,… parece que se han introducido en un pozo que huye rápidamente de la luz. Se hunden sin que nada ni nadie sea capaz de ayudar a evitar el golpe definitivo. Todo ha sido tan repentino, tan inesperado, tan injusto.


“Acabo de perder el trabajo”. “Mi empresa está a punto de desaparecer y no tengo para pagar las nóminas de este mes”. “Tengo casi 50 años y nadie me va a contratar”. “Mi carrera se estancó hace unos años y no creo que vaya a mejorar”. Todos podemos escribir una frase que ocupa el negro titular del periódico de nuestra vida. Eso, sin tener en cuenta las posibles circunstancias personales que pueden influir también negativamente.


Sin embargo, … cuando somos capaces de poner algo de distancia y contemplar el entorno desde nuestra propia percepción de las cosas y no desde las noticias que nos agobian, nos damos cuenta de que la realidad no es tan negra. Asómate a una ventana: el mundo está lleno de colores, de seres que buscan y merecen la felicidad, de sensaciones que la vida nos regala y que tenemos la responsabilidad de disfrutar. Hay mil millones de razones para seguir peleando, para conseguir nuestros objetivos, para no defraudar a todas las personas que apostaron por nosotros, empezando por aquella a la que debemos más respeto: TU MISMO.


Dicen que un pesimista es un optimista bien informado. No les quito la razón (aunque tampoco se la doy). Por eso prefiero ser realista: los profesionales y los empresarios de este país han sido capaces (armados sólo con su capacidad de trabajo, imaginación y ambición) de llevarlo a unos niveles de prosperidad impensables hasta hace pocos años. Bien formados, bien orientados, hemos llegado a ser admirados en cualquier parte del mundo por esa mágica combinación de energía, determinación y excelencia técnica.


De repente se nos ha olvidado quienes somos, lo que hemos hecho, de lo que somos capaces. Vino la crisis. Lo que parecía positivo y fácil tornó demencial e imposible. Terminando por afectar la forma en que nos valoramos a nosotros mismos. Sin tener en cuenta que el éxito y el fracaso son caras opuestas de la misma moneda, la que tenemos que utilizar en cualquier caso para comprarle el mapa de ruta al Destino.


Por eso se me ocurre recomendarte algo. Quizá pueril, pero que a mí me ha ayudado a cambiar contablemente la forma de dirigir mi actividad profesional: Cada vez que recibas una mala noticia, una queja, una crítica amarga de la situación (lo que constituiría el Debe de nuestro imaginario Libro de Contabilidad) escribe algo en un papel que te haga feliz: cómo fue la última sonrisa de tu hijo, el agradecimiento de un cliente o de un empleado, la pieza de música que te ha emocionado, el tacto de la caricia de tu pareja o el minuto que has paseado bajo los árboles mientras te dirigías al trabajo, … Te aseguro que vas a encontrar miles de motivos para incorporar a tu valioso Haber Vital.


Existen millones de razones para cambiar la visión negativa que hemos ido incorporando a nuestra vida últimamente. Mil millones, tantas como el número de potenciales sonrisas que acariciarán el aire.


“El Buen Management Consiste En Enseñarle a Gente Promedio Como Hacer El Trabajo de Personas de Elite.”


John D. Rockefeller